jueves, 31 de marzo de 2011

Misterios

Ayer, en Salamanca con motivo de una tesis doctoral.
Salí del hotel muy temprano de paseo. Estaba la bella ciudad recién despertada. Las iglesias, entreabiertas y a media luz. Las piedras de las paredes guardaban el gris de la noche. Unos pocos estudiantes y profesores caminaban somnolientos por la Clerecía.  A esa hora mágica y celeste tenemos la sensación de que Salamanca, tan bulliciosa de ordinario, esconde un misterio. Y, aunque todo sea fábula, es agradable distraerse buscando secretos entre las calles y la imaginación.
Más tarde, ya a plena luz del día, recorría los mismos lugares en compañía de Fernando Aínsa. "Hoy día para la gente joven ya no hay misterio en nada, ni en todo lo que se refiere al descubrimiento del cuerpo, ni en cualquier otra cosa de la vida", me decía. "Por eso no tienen curiosidad por nada y nada les atrae porque creen que todo se lo puede dar el aparatito del ordenador. ¿O tú no tenías mucha más curiosidad por las cosas que tus hijos?".  Sea cierto o no el caso en todos los jóvenes, mi sabio amigo tiene razón: demasiada información destruye el misterio. Y necesitamos renovar nuestra curiosidad para tener una vida más lograda. Porque, a ver, ¿qué se me había perdido a las siete de la mañana en medio de una ciudad que ya conozco de sobra?

lunes, 28 de marzo de 2011

Bosque de ojos

En otro lugar de este blog puse dos microrrelatos de María Rosa Lojo (aquí). Ahora acaba de salir en Argentina un volumen -Bosque de ojos es su nombre- que reúne sus historias. Van aquí dos que me llamaron la atención:

VENTANAS
El Cielo es un lugar en donde proliferan las ventanas. A veces ni siquiera hay paredes, ni salas, ni dormitorios. Pero las ventanas están siempre allí, con un antepecho para recostar los brazos, o un sillón puesto atrás o adelante, da lo mismo, ya que el adentro y el afuera tampoco existen.
En el Cielo las ventanas no sirven para cerrar ni para abrir. Son los marcos donde se encuadra la mirada, el borde donde se colocan los ojos para que no se pierdan, para que no enloquezcan, para que no los ciegue la Luz Desconocida.



LOS NIÑOS TONTOS
No se sabe si los niños a los que llamaban tontos en la Tierra seguirán siendo tontos en el Cielo. Si sus sonrisas fáciles y mojadas seguirán ofreciéndose a cualquiera, por nada, sin motivo, como se ofrecían en el reino de este mundo. No se sabe si vivirán allí con maestros especiales cuyo máximo objetivo será lograr que después de meses o años de paciente trabajo, ejecuten los actos elementales que realiza sin esfuerzo cualquier persona, aun la de corazón más vil o despreciable. O si los acompañarán sus padres, por fin felices, despreocupados del temor al porvenir, ya que todos han muerto y no necesitan nada y en el Cielo –que es el lugar de la eterna armonía– nadie querrá dañar a sus criaturas frágiles.
 

viernes, 25 de marzo de 2011

Brevedades sobre lo breve

En pocas palabras no da tiempo a que se agigante el ego.

El ideal de un narrador: historias breves, resonancia larga. Cuando se despertó, el cuento todavía seguía allí.

Una errata que da en el clavo: siempre que intento escribir "microrrelato", me equivoco y me sale "micorrelato".

Escribir microrrelatos románticos: vaya reto. Uno magnífico de Víctor González, se puede leer aquí.

Microrrelatos sobre una imagen, una pintura, como éste que me recuerda a Hopper en unas pocas palabras de Neuman: aquí.

"Es un arte menor", me dijo un poeta que admiro (y que un día se definió él mismo como poeta menor). Es verdad, pero lo pequeño también tiene su grandeza.

De vampiros y anticuarios

Normalmente las historias de vampiros son una idiotez. Basta examinar un estante repleto de novedades editoriales o echarle un vistazo a la peli salida de no sé qué bombazo para adolescentes. Confieso que la entreví en un vuelo transatlántico y, después de cinco minutos de bobadas, me quedé dormido. El drácula actual se pasea la mar de orgulloso, ostentando las marcas de sus chupetones amorosos en el cuello. Es un vampiro tontito, inofensivo y posmoderno. 
Todo esto no se puede aplicar a Los anticuarios de Pablo de Santis. De entrada, en el libro se renuncia a pensar que hacerse vampiro puede ser divertido. Todo lo contrario: es una maldición que impide amar. Por eso el erotismo de ciertas páginas es fino, pero también asqueante. Aun así, lo más importante, a mi modo de ver, reside en que de Santis da la voz al monstruo, que es quien cuenta toda la historia. Se trata de un recurso que ya puso en práctica Anne Rice (Entrevista con el vampiro) y que tiene consecuencias: escuchamos la voz del Mal y nos sentimos atraídos por ella. Más aún, así los límites entre los buenos y los malos se difuminan. Los cazavampiros son tan malvados como los anticuarios, unos y otros están enfermos de violencia. Pero el relato, si tiene que tomar partido, se queda con el que tiene voz, o sea, con el monstruo. 
"La enfermedad es una señal de lo sagrado, o una imposibilidad de lo sagrado", se dice el protagonista, que no termina de saber cómo escapar a su maldición ni de conocer el origen último de ella. Entre las dudas y los remordimientos transcurre su melancolía de vampiro. Porque el vampiro está enfermo de melancolía, ese sentimiento de tristeza infinita por la pérdida de un Paraíso perdido: su vida anterior. Esto puede imaginarse como muy lírico, pero, ojo, inoculado de una poesía siniestra. 

jueves, 24 de marzo de 2011

Retrato del adolescente posmoderno

 Retrato del adolescente posmoderno: Uno de los nuestros se va con el colegio a una excursión cultural a Madrid. Cuando su madre, siguiendo el instinto de la especie, le llama al móvil, el chaval le contesta:
-¡Joder, Mamá! ¡No me llames, que estoy en el puto teatro!
Dos días después, 8 de la tarde. En las inmediaciones del baño, el mismo hijo se ¿pelea?, ¿juega?, con otro revolcándose en el suelo. Cuando voy a separarlos, me mira desde abajo con cara de guasa y grita:
-¡No! ¡no! ¡no! He visto el Aleph! ¡He visto el Aleph!
Cada vez los entiendo menos.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Al volante por la carretera de Lodosa

Por la noche, a tres grados bajo cero y al volante por la carretera comarcal que une Sesma y Lodosa, capital del pimiento navarro. Por aprovechar el tiempo, intenté imaginar unos versos pero, como llegaba tarde y ya había sufrido una jornada de estrés, sólo me salió esta jaculatoria antigua: "Santa María, detén tu día". Palabras inverosímiles, porque el día ya había pasado y por delante el camino tenía color de hormiga. Pero la noche mágicamente se detuvo: las señales y la luna, los árboles y las sombras.Llegué puntual a la cita.

martes, 22 de marzo de 2011

El espejo del agua

Adán y Eva se acercaron por primera vez en su vida a un estanque. Ella, más curiosa, vio en el agua dos caras, una extraña y otra que ya conocía, la de él:
-¡Mira, eres tú!, gritó.
Adán, sorprendido, inclinó la cabeza, repitió la operación visual y contestó:
-¡No, mujer, eres tú!
Así, en aquella primera tarde del mundo, nuestros antepasados descubrieron tres cosas muy importantes:
se fijaron en el rostro del ser amado,
se preguntaron por quienes eran ellos mismos
y empezaron a discutir.

martes, 15 de marzo de 2011

Todo va demasiado rápido

Todo sucede demasiado deprisa. Hace una semana un tirano patético corría por los pasillos de su palacio y se escondía detrás de los retretes. Ahora se sube a un tanque detrás de los rebeldes y su venganza será atroz. Hace cuatro días en Japón la tierra hacía un gesto con el brazo y el mundo asistió sobrecogido al apocalipsis. Todavía está temblando una central nuclear y quién sabe si no hemos visto lo peor.
Todo sucede demasiado deprisa y, de un lado a otro del planeta, nos enteramos de que lo que estaba arriba, ahora está abajo, y viceversa. La rueda de la fortuna gira más rápido que nunca. Los que parecían débiles, son poderosos; y los que presumían de progreso, se tientan la ropa para saber si están vivos. Todo nos lo dicen los medios de comunicación a inhumana rapidez. Los sociólogos aseguran que un signo de la modernidad es la sobreabundancia de acontecimientos: la historia se acelera y, según ellos, sólo vemos un vértigo de noticias dispersas, remotas y caóticas.
Pero todo estaba ya previsto en el Eclesiastés y en Edipo rey.

jueves, 10 de marzo de 2011

Dos poemas de amor

En la universidad se está organizando para el 21 de marzo un día de la poesía. A muchos alumnos y algunos profesores se nos ha pedido que elijamos nuestros poemas favoritos para distribuirlos en octavillas por todo el campus. He tenido ocasión de mirar los elegidos por los estudiantes y he podido comprobar que mis gustos no coinciden con los suyos. La mayoría opta por algo elemental o rebuscadillo. Curiosamente nadie se decide por un poema de autor vivo, ni de otros que uno consideraría inevitables como Neruda. Como a mí también me han pedido opinión, he elegido sobre todo poemas de autores actuales y, en homenaje al Nobel chileno, me he decantado por el azucarado, pero genial:

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado,
y parece que un beso te cerrara la boca.

Etc: el resto del poema es muy conocido y se puede ver, por ejemplo, aquí.
Al revisar mi lista, veo que también está la parodia del mismo poema, en la voz de Luis Alberto de Cuenca.


EL DESAYUNO

Me gustas cuando dices tonterías,
cuando metes la pata, cuando mientes,
cuando te vas de compras con tu madre
y llego tarde al cine por tu culpa.
Me gustas más cuando es mi cumpleaños
Y me cubres de besos y de tartas,
o cuando eres feliz y se te nota,
o cuando eres genial con una frase
que lo resume todo, o cuando ríes
(tu risa es una ducha en el infierno),
cuando me perdonas un olvido.
Pero aún me gustas más, tanto que casi
no puedo resistir lo que me gustas,
cuando, llena de vida, te despiertas
y lo primero que haces es decirme:
“Tengo un hambre feroz esta mañana.
Voy a empezar contigo el desayuno”.


La ligereza de los versos de Cuenca no debería confundirnos. Comparado con el de Neruda, yo diría que éste es un amor más vital y, sin duda, más maduro. Ojo, no estoy diciendo que un poema sea mejor que el otro. Neruda ha expresado de forma admirable el ensimismamiento narcisista que tiene todo amor en estado adolescente. A una novia o un novio se le suspira al principio; no importa demasiado si habla mucho o poco. Mejor que no hable, incluso.  Pero luego llegan los momentos de la verdad y se quiere a la persona con sus virtudes y defectos. Si persiste la cosa y el amor aumenta, al final puede que uno se entusiasme hasta con las manías del otro hasta el punto de comérselo a bocados. Y de ese amor furioso, pero libre y voluntario, hablan los versos de Luis Alberto.

martes, 8 de marzo de 2011

Como Dios manda

Rajoy dice que el gobierno no tiene un plan económico como Dios manda.
Zapatero se siente ingenioso y dice que Rajoy está esperando comunicación con Dios para que le mande un plan.
Conclusión: Rajoy sólo utiliza la palabra "Dios" con un significado vacío y Zapatero se fija en esa palabra más que en cualquier otra.

Cultura

Cuando uno era joven, traducía a Tito Livio y leía a Thomas Mann. Largas horas sosteniendo entre mis manos los volúmenes que custodiaban siglos de cultura. Largos, larguísimos ejercicios que me habrían de preparar para que yo contribuyese también con mi esfuerzo intelectual a la civilización y el humanismo. Larguísimas horas sublimes esperando la Iluminación.
Ahora se hace la luz, tecleo mi mensaje y espero ansioso la llegada de los bárbaros.

viernes, 4 de marzo de 2011

Jugar con fuego

No es peligroso si se hace a la distancia adecuada, dijo el general al presidente mientras los dos miraban el mapa.

jueves, 3 de marzo de 2011

Por qué los indios no están calvos (y no tienen barba)


A esta importantísima pregunta intentó contestar Evo Morales (video descacharrante, aquí). Pero si hubiera leído este tratado médico del siglo XVI hubiera encontrado la respuesta. No sé si verdadera, pero más imaginativa.

...porque como la barba y cabello se hagan de los humos que arroja el celebro, habemos de entender que los humos que salen y brotan de la cabeza salen con grandísima fuerza. Lo uno, porque es propio del humo subir derecho, y lo otro porque el casco de la cabeza tiene muchos poros y comisuras, por donde el dicho humo salga y se evapore fuera. Así que por todas estas causas sale con gran fuerza el cabello de la cabeza, y por esta cosa ninguna exterior puede impedir esta salida, así como sería imposible impedir que no saliese humo de donde hay fuego. Al contrario sucede con el cabello o pelo de la barba, que con gran facilidad se le puede impedir tal salida, a causa de no brotar los humos de que dicha barba se cría, y el no brotar proviene de muchas causas, lo uno de que la barba o asiento de ella no está en camino hacia arriba como sale del celebro, sino muy al soslayo, y el humo jamás sube al soslayo, pudiendo subir derecho. Otra razón es que los huesos del rostro están durísimos y cerradisimos, no flojos como los de la cabeza, y así con grandísimo trabajo puede salir el cabello, por no poderse evaporar, el humo de que se hace.
De aquí no nos debemos admirar, si a la mujer y al capón no les nace barba, y es la causa porque les falta fuerte calor y vigor, para que se les abran aquellos poros de los durísimos huesos del rostro"...



Etcétera.
(tomado de Juan de Cárdenas, Problemas y secretos de las Indias, México, 1591. Libro también conocido como Problemas del doctor Cárdenas)