En el día después del Fin del Mundo, ella abrió los ojos incrédula.
A su alrededor, un silencio helado. Tras la ventana, los pájaros mudos. El sol, imperturbable, deslumbraba y nadie daba señales de estar vivo.
El también se despertó y, acurrucándose junto a ella, le dijo:
-Ven, vamos a destruirlo todo de nuevo, amor mío.
¡Muy buen micro, Javier!
ResponderEliminarMe gusta especialmente ese cambio de focalización final, que arranca una sonrisa de complicidad -y envidia- en el lector; al menos en este lector.
Un saludo,
Gracias, Pedro; es muy estimulante recibir comentarios como el tuyo, ... sobre todo,a última hora del día, cuando uno ya no vive con tantas ganas como los protagonistas del micro.,
ResponderEliminarPrecioso Javier...
ResponderEliminarSe me ocurre que es casi, sin quererlo, una especie de síntesis benevolente de El país de las últimas cosas, de Paul Auster.
Abrazos!!
¡Bien visto!Pensé en el clima de esa novela alucinante al escribirlo
EliminarMuy bueno. Y ellos una especie de Adán y Eva de un nuevo mundo...
ResponderEliminar¡Genial! Me ha encantado, Javier. ¡Muy bueno! Sobre todo porque me parece que yo y otros... hacemos una lectura distinta de ese final, pero tan hermosa y grande como la que haces o propones tú. Eso es lo bonito, creo. Un abrazo,
ResponderEliminarVíctor
Creo que lo importante de escribir algo muy breve está en que uno pueda ver mucho más allá de lo que esas pocas palabras dicen. Y ya que mencionas lo que yo pude pensar a la hora de escribilo, tengo que decirte que mi lectura, si se puede decir así, es bastante sensual. Pero que cada uno piense lo que le dé la gana.
ResponderEliminarFeliz Nuevo Año
ResponderEliminarhola Javier, soy Carlos, he estado casi un mes desconectado ...
Bonito Apokalipsis
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Puestos a preferir ... en vez del "apokalipsis" -y asustante revelación- prefiero el "apokatastaseos panton" (Hechos 3,21):
http://www-users.cs.york.ac.uk/~fisher/cgi-bin/gnt?id=0503
La "reparación de todo" ... de todo lo estropeado
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Un enorme saludo, y besos a tu señora
Gracias, Carlos. Yo también he estado desconectado. En realidad, uno desconfía de los apocalipsis tremendos (o de los apocalípticos, más bien).
Eliminar¡Espectacular!
ResponderEliminarNunca pensé que un relato del fin del mundo, podría dibujar una sonrisa mi la cara y dejarme tanta fuerza en el alma
Gracias¡