Es entretenido leer las sagas de aventuras náuticas en tiempos de Nelson. En la primera novela de la serie de Patrick O, Brian (sobre la que se inspira la película Master and Commander), una corbeta inglesa sorprende a un barco español muy superior y lo captura. Poco antes de la batalla el capitán Jack Aubrey pronuncia las siguientes palabras:
-Lo bueno de luchar contra los españoles, señor Ellis, dijo Jack con una sonrisa que iluminó su grave rostro y sus ojos grandes y redondos, no es que son cobardes, puesto que no lo son, sino el hecho de que nunca, nunca, están preparados. (Patrick O, Brian, Capitán de mar y guerra, Barcelona, Edhasa, 2004, p. 361).
En otra serie clásica, la escrita por C.S. Forester, los ingleses vuelven a dar estopa a los españoles, esta vez en la isla de Santo Domingo. Un día antes de la batalla, el protagonista, el teniente Hornblower, habla con sus superiores y aconseja atacar cuanto antes:
Creo que esta noche sería el mejor momento, señor. Los españoles nos han visto salir con el rabo entre las piernas, es decir, creen que hemos salido así. (...) Seguramente están orgullosos de sí mismos. Ya sabe usted cómo son, señor. Lo último que esperan es un ataque por otro flanco, por tierra y al alba. (C.S. Forester, El teniente de navío Hornblower, Barcelona, Edhasa, 2006, p. 143).
Vale: estas novelas, méritos literarios aparte (que los tienen), son muy chauvinistas. Pero, ¿no hay algo de verdad en lo que dicen estos piratas vestidos con casaca? ¿No será que perdimos las batallas militares del pasado por imprevisores y soberbios... y que ahora nos sucede los mismo con las batallas económicas?