Media hora después de la final, andábamos celebrando el triunfo un grupo de españoles por las calles indiferentes y desiertas de Münster. De pronto, al doblar una esquina, nos encontramos con un hombre solo riéndose a carcajadas como sólo se ríen los niños. Al vernos, abrió los brazos y soltó una carcajada homérica:
-A ver, !!!!españoles!!! Repetid conmigo: !con la EEEE!
-!Con la Eeeee!
-No, !más fuerte, mucho más fuerte!: !!!!con la ESEEEE!!!!
-!!Con la Eseee!!
-!!!CON LA PEEEEE!!!!!!!
-!!!Con la Peeee!!!!
Etcétera. El lector adivina el final que entonamos todos juntos con nuestro director de orquesta:
-!!!!!!!!E-s-p-añ-a!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Nuestro amigo fugaz se echó a reír de nuevo y se alejó corriendo mientras agitaba los brazos.
Era negro. Afroespañol, dirían los cursis. Pero a mí me pareció español a secas y con todas las letras.
-A ver, !!!!españoles!!! Repetid conmigo: !con la EEEE!
-!Con la Eeeee!
-No, !más fuerte, mucho más fuerte!: !!!!con la ESEEEE!!!!
-!!Con la Eseee!!
-!!!CON LA PEEEEE!!!!!!!
-!!!Con la Peeee!!!!
Etcétera. El lector adivina el final que entonamos todos juntos con nuestro director de orquesta:
-!!!!!!!!E-s-p-añ-a!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Nuestro amigo fugaz se echó a reír de nuevo y se alejó corriendo mientras agitaba los brazos.
Era negro. Afroespañol, dirían los cursis. Pero a mí me pareció español a secas y con todas las letras.
En cambio, el teclado es alemán, como se aprecia en mis dificultades con los signos de exlamación. Pido disculpas: lo arreglaré en cuanto aprenda cómo se ponen aquí.
ResponderEliminarEs un teclado teutohispánico, que dirían los cursis.
ResponderEliminar¿A-S-P-A-Ñ-A? O yo no entendido nada, o aquí pasa algo raro.
ResponderEliminarMil gracias por el comentario, marinero. Ya lo he corregido. Ya se sabe que los inconvenientes del directo...
ResponderEliminar¡Ante todo, felicitaciones!
ResponderEliminarMuy buena anécdota.
Sí, estupenda anécdota. Si en España el patriotismo se elevó a límites altísimos, imagino que, lejos de aquí, donde es más fácil avivar estos sentimientos, sería algo tremendo.
ResponderEliminar¿No estará por ahí también contigo nuestra común amiga Paqui Noguerol? Sé que anda por esas tierras...
Un abrazo.
Creo que el Mundial nos ha enseñado que todos necesitábamos -y deseábamos- volver al sentido común. A ver si lo mantenemos un tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo,
PD: De todas formas, Javier, no descuides la guardia y ten cuidado con las camisetas que te pones... según dónde.
Tenéis razón en que se siente de forma especial la patria en el extranjero: es notable, por ejemplo, cuántas banderas españolas encuentras en la calle durante todo el campeonato (no sólo tras la final) y curiosamente no he visto ninguna autonómica.
ResponderEliminarAnda por aquí cerca, cierto, Juan Antonio. A lo mejor coincidimos antes de que yo regrese. Un abrazo.
Gracias, Juan Ignacio.
ResponderEliminarAlgo de eso les pasó a unos españoles en Bulgaria con un negro de Angola. Cuando lo conté en "Crónicas extravagantes" ("Hispanidad en Veliko Turnovo"), me pusieron de racista para arriba.
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