En su diario Bioy Casares anota que un día le comunicó a Borges:
-Dentro de unos días viene Enrique Anderson Imbert a Buenos Aires.
-Dentro de unos días viene Enrique Anderson Imbert a Buenos Aires.
A lo que el otro respondió:
-Qué bien, en medio de tanta gente, a lo mejor tendremos la suerte de no encontrárnoslo.
Borges se equivocaba: en Buenos Aires te encuentras a todo el mundo. El otro día había quedado yo en la avenida de Mayo con una amiga escritora y, antes de llegar, vi a un colega español comiendo tranquilamente tras la vidriera de un restaurante.
-Pero, ¿qué haces aquí?
-Pues nada, yo, de paso para Paraguay me he quedado un día. ¿Y tú?
-Yo voy a ver a M. a una cuadra de aquí.
-Ah, pues te acompaño, porque también quería saludarla.
Ahora vuelvo de una visita a un museo de arte latinoamericano, el MALBA. Mientras estaba intentando que me gustara un cuadro de Botero, escuché una voz detrás:
-¿Javier?
Zas, una ex-alumna que está cursando un semestre en una universidad de acá.
No digo yo que estas coincidencias no sean agradables, que lo son. Pero el asunto empieza a inquietarme. Si sólo llevo unos pocos días y ya me he encontrado con dos personas conocidas, ¿qué me sucederá en el futuro? Las posibilidades de otros encuentros menos felices aumentan. ¿Y si, por ejemplo, mañana me encuentro, un suponer, a Zapatero buscando libros de su autor favorito, Borges, en una librería de la calle Corrientes? Lo mejor es que haga ya las maletas y salga de esta ciudad tan atrayente.
Querido Javier:
ResponderEliminarLa frase "Zapatero buscando libros de su autor favorito, Borges" la tomamos como una licencia literaria, pura fantasía gaditana.
Pues no, querido Fernando. Zapatero se dice fan de Borges. De hecho, antes de dirigir los desatinos de España, hizo (o sólo firmó) el prólogo de Ficciones que publicó el diario El Mundo en una colección sobre los 100 mejores libros del siglo XX en castellano...
ResponderEliminarQuerido Javier, jamás le he oído una sola cita de Borges, ni por escrito ni por hablado, y eso que es un autor fácil de citar: ¡¡hasta yo lo hago!!
ResponderEliminarUf... se me ocurren algunas explicaciones verosímiles. Una, que a lo mejor se enteró de que Borges era conservador después de firmar aquel prólogo; otra, que no lo entienda; otra más, que no pongamos atención a lo que dice y que en realidad sí lo cite...Bueno, y otra más, que realmente le guste y que por eso no lo cite.
ResponderEliminar"Intentando que me gustara un cuadro de Botero". Supremo.
ResponderEliminarPensé que el favorito de Zapatero era Gamoneda. Le pega más...
ResponderEliminarProbablemente quiso decir Forges...
ResponderEliminarDudo que el innombrable se haya leído un libro en SPV.
Te dejo este enlace, Javier, quizás te interese asistir y te animas entrar en política y enfrentarte al Susodicho( Suso de Toro es su referente intelectual, con esto queda todo dicho)
http://www.profesionalesetica.org/2010/10/18/en-buenos-aires-el-23-y-24-de-octubre-ii-congreso-de-constructores-del-bien-comun/
Felicidades. No tengo tu correo encima y se me ocurrió esta fórmula. Una felicitación en tu blog a través del iPhone. Es más raro que ZP leyendo las ruinas circulares. Un fuerte abraZo padrino.
ResponderEliminarUn prólogo, el de Ficciones, con toda la pinta de haber sido escrito por su amigo Barroso, asesor y proveedor de citas para campañas electorales, ex-Secretario de Estado de Comunicación, ex-Director de la Casa de América, ministro de Defensa consorte y parece que escritor.
ResponderEliminarY es verdad que le pega más Gamoneda, pero no a él, que no le pega nadie ni nada, sino a su señora. Hay que entenderlo, regir los desatinos del país es muy duro, no queda tiempo para leer.
ZP piensa en nueces cuando tiene entre manos un libro de Borges. En todo caso, Javier, te animo a ir más de incognito por aquellos lares, no te vaya a pasar como a mí, que en plena declaración de amor en un bar de Lisboa apareció una exnovia a quien, irremediablemente, tuvimos que invitar a café, y poco más tarde, a unos amigos que no veía hacía años, por lo que se truncó nuestra tarde lisboeta romántica. ¡Cuidado con los destinos viajeros!
ResponderEliminarBien podrías juntarte con algún que otro blogger que te sigue :P
ResponderEliminarHasta cuándo en Baires?
Llevo varios días sin entrar en el blog y fuera de Buenos Aires. Lo siento, amigo Milkus: escribí la entrada horas antes de salir de tu hermosa ciudad
ResponderEliminarEs lo malo del "mundo pequeño".
ResponderEliminarLo de las citas es más complicado. Yo suelo hacer lo siguiente. Me las invento. Después se las atribuyo a uno de estos cuatro tipos: Mark Twain si la cita es muy divertida y malintencionada; Óscar Wilde si es irónica: Bertrand Rusell si es rara; y Borges si es muy literaria. Te aseguro, Javier, que nadie me ha protestado ninguna nunca.
Un abrazo,