Desde mi última entrada no he vuelto a entrar en el blog. En ese tiempo estuve en Uruguay, hartándome de clases y de dulce de leche. A propósito de este manjar, un día metí la pata hasta el fondo delante de mis alumnos:
-Borges es más argentino que el dulce de leche, dije.
Nunca soltara semejante cosa: ahí tuve que pedir perdón de inmediato y, además, reconocer que el dulce de leche uruguayo es riquísimo, mejor que el argentino (algo que, me perdonen mis amigos argentinos, creo sinceramente). Es curiosa la relación que existe entre los alimentos y el espíritu patriótico de cada uno. Podemos disfrutar de las bondades de los otros pueblos, pero jamás aceptaremos que nuestro vino, nuestro aceite o nuestra carne sean iguales o peores. Es una opinión que he visto confirmarse en muchos países, empezando por el mío.
Entre Buenos Aires y Montevideo hay diferencias aunque sea un tópico decirlo. La primera se vive a toda velocidad, mientras que en la otra uno se deja llevar por el paso de las horas. Cierta tristeza como de provincias, cierta indolencia indefinible se apoderan de la ciudad y de quien la habita. Por allá se ve a la gente a pasar las tardes de los domingos mirando el inmenso Río de la Plata. La cosa se pondría poética si no fuera porque muchos se meten con el bocata de chorizo en el coche para contemplar el espectáculo. Pero esa mezcla de grisura y choripán no quita para que Montevideo sea también un lugar entrañable, con bonitos edificios art decó y una Rambla maravillosa. La tentación sería hacer literatura y citar algún cuento de Onetti, pero yo me acuerdo de lo que me dijo un alumno perspicaz:
-Uruguay está bien para pasar la infancia o para quien haya cumplido ya más de cuarenta años.
A mí -que estoy hace tiempo metido en uno de esos dos grupos de edad-, se me pegó la inercia montevideana.
Eh, perdón...
ResponderEliminarNo tiene nada que ver cuál sea más rico, Javier. El dulce de leche ES argentino.
El fútbol lo inventaron los ingleses y los más campeones son brasileros. Así que el dulce de leche de los uruguayos podrá ser todo lo rico que quieran, pero ES argentino.
Así que bien por la frase de Borges y el susodicho.
(Ya bastante con que nos quieran robar a Gardel, el mate, etc.)
PD: Podría preguntarte qué dulce de leche has probado en Argentina, pero no sería conducente porque yo no he probado ningún uruguayo.
A propósito del "choripán" sé de una curiosidad porteña que no puedo contar aquí... por respeto.
ResponderEliminarUn saludo,
Como soy tan goloso, Juan Ignacio, me encanta el dulce de leche de todos lados (y los alfajores de Havanna). Pero en materia de gustos culinario-nacionales, qué difícil ponerse de acuerdo, y en eso me incluyo, porque también defiendo el vino de Rioja y el aceite de oliva español con uñas y dientes. Y que no se me olvide decirte que un par de alumnos colombianos me defendieron pr encima de todos hace poco el arequipe, que es la versión del dulce de leche en su país...
ResponderEliminarUn abrazo (y qué bueno el CD de tango "El arranque". Gracias...)
Pues ya me lo contarás en privado, Víctor...
ResponderEliminarEl vino español es el mejor del mundo. El aceite español es el mejor del mundo. La carne gallega es la mejor del mundo. Los langostinos de Sanlúcar son los mejores del mundo... Un día pruebas un vino alemán, un aceite italiano o una carne japonesa y te cambia toda tu percepción de las cosas.
ResponderEliminarHola, desde hace un tiempo entro a leer tu blog porque me gustó mucho (desde hace un par de meses). No tenía idea que un día pasarías por estos pagos. Sí, soy uruguaya. Nos describiste muy bien. Hubo una obra de teatro en Montevideo que no llegué a ver pero su título me parecía bellamente uruguayo, "Triste como uruguayo contento".
ResponderEliminarMe alegro que te haya gustado nuestro dulce de leche, no he comparado con el de nuestros compatriotas pero me parece que no hay necesidad de enojarse ni ser competitivos por cual es más rico. Los gustos son subjetivos.
Gracias, Maia. Es estupendo encontrarse con lectores tan lejanos y tan cercanos.
ResponderEliminarJuani, cuando vaya a Bs.As. te llevo un dulce de leche uruguayo que es mejor que casi cualquiera argentino, en serio. Y es tan argentino como uruguayo.... o colombiano o chileno. ¡Vaya uno a saber dónde se originó! Lo que no habría que conceder de ninguna manera es el dislate de que Gardel haya sido oriental.
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