lunes, 11 de febrero de 2013

Poses postmodernas

Voy hojeando entre bostezos un ensayo sobre la resistencia al capitalismo de las clases populares: la tesis (escrita por un señor de clase media) es que los pobres armarán una "solidaridad de la resistencia" contra los embates de banqueros, políticos y demás gente maligna. Estoy tan despistado con lo que estoy leyendo que de pronto me fijo en la tira separa páginas: aparece un tío encapuchado llamado Josef Ajram cubierto de tatuajes y piercings hasta los morros. Anuncia su último libro: "Ganar en bolsa es posible". Al parecer, es un atleta de élite, pero se ha hecho de oro como  broker aficionado. Esto no le impide vestir como un mendigo. "Antes que renunciar a sus vaqueros y sus piercing renuncia a dar una conferencia en el Círculo Ecuestre de Barcelona, que le exigía llevar corbata…", dice una nota de prensa en internet.
El capitalismo absorbe tanto nuestras vidas que no podemos escapar de él. Jugando con las apariencias, confunde a millonarios y desharrapados. Los de arriba se disfrazan de zarrapastrosos. Van de rompedores y rebeldes, pero pactan con el sistema si de lo que se trata es de hacer caja. Pueden ir de antihéroes, pero es una pose. Todo es pose en este mundo postmoderno.
Miro de nuevo al broker listillo que me mira con cara de alucinado desde el punto de lectura. Y pienso en lo ingenuo que es el lenguaje de la izquierda clásica. O frívolo.

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