Birthday comienza de forma extraordinaria; luego, al rato, quizá pierde intensidad, pero la recupera al final. Como todos los grandes poemas, necesita de subidas y bajadas para que se note la altura de la cordillera.
Los días que tú cuentas tiene el mundo:
pues cuando tú no estabas, ¿qué de real había?
¿Cómo pudo existir lo que tus ojos
no eran capaces de crear, tus dedos
de acostumbrar a la vital dulzura
de su tacto? No hubo nada antes
de ti, ni creo que haya
nada después de que tu vida acabe.
Ni siquiera los años que el tiempo me atribuye
antes de tu venida fueron sino fantasmas
de un mal sueño: más joven
soy que tú, pues no cuenta
para mí cuanto pude vivir sin conocerte.
También yo soy tu obra: lo que piensas de día,
lo que de noche ocupa tu deseo,
eso me alza, viva
criatura del amor, como una fuerza
tuya que por milagro
se conforma
y alienta. Nada puede
sucederme si dejas de tejer esta tela
donde se van trabando tus hilos con los míos.
Antes de ti, después de ti, el diluvio
de la nada disuelve
esta mano que escribe estas palabras.
¿Cómo pudo existir lo que tus ojos
no eran capaces de crear, tus dedos
de acostumbrar a la vital dulzura
de su tacto? No hubo nada antes
de ti, ni creo que haya
nada después de que tu vida acabe.
Ni siquiera los años que el tiempo me atribuye
antes de tu venida fueron sino fantasmas
de un mal sueño: más joven
soy que tú, pues no cuenta
para mí cuanto pude vivir sin conocerte.
También yo soy tu obra: lo que piensas de día,
lo que de noche ocupa tu deseo,
eso me alza, viva
criatura del amor, como una fuerza
tuya que por milagro
se conforma
y alienta. Nada puede
sucederme si dejas de tejer esta tela
donde se van trabando tus hilos con los míos.
Antes de ti, después de ti, el diluvio
de la nada disuelve
esta mano que escribe estas palabras.
Buena entrada, oportuna y emocionante, pero además qué grandísima apreciación crítica la de las subidas y bajadas que, como una cordillera o una sintonía, necesita un poema. Gracias.
ResponderEliminarCon menos poesía pero con mucho cariño desea un feliz cumpleaños a M. desde estas lejanas y frías tierras. Añade unos cuantos besos.
ResponderEliminarPues felicidades a tu mujer y es cierto, gran y precioso poema. "Los días que tú cuentas tiene el mundo", ¿podrías enviarle esto a Hawking? Y nos dejamos de líos.
ResponderEliminar¡Qué bonito! Mis felicitaciones también.
ResponderEliminarUn abrazo,
Por cierto, para publicar el comentario anterior, tan sencillo, me ha tocado teclear la siguiente palabra: "twaincliyr" o algo así. ¿No estamos todos hartos de esto? De que para decir "enhorabuena" o "te quiero mucho" o "gracias", además tengamos que escribir "lajhflkashhsdh". ¡Maldito blogger!
ResponderEliminarUn abrazo y renovadas felicitaciones a tu señora.
Víctor,
Transmito las felicitaciones, agradecido yo también. Sí, Víctor, es un llargjikarrrr tener que escribir "Gracias".
ResponderEliminarEmpiezo a leer tu nota y me digo: "¡Caramba! Voy a llamar a Canales, que hace tiempo que no lo hago. Sigo leyendo y me entero de la triste noticia de la que no tenía ni idea. Gran poeta y amigo entrañable.
ResponderEliminarYo me quedé con las ganas de conocerle, Aquilino, porque sólo lo conocí a través de poemas tan estupendos como éste. Y sólo por eso lo siento especialmente.
ResponderEliminarPrecioso poema y una pena la muerte del poeta.
ResponderEliminarHas descrito muy bien la secuencia de los versos, porque el final vuelve a surgir grandioso.
Para tu mujer habrá sido el mejor regalo que podría esperar.