A lo mejor alguien pensó ayer que España me parecía el mejor país del mundo. No es así, por cierto. El peruano Ribeyro, a quien cité también ayer, vivió en nuestro país un tiempo y dejó en su diario constancia de ciertos aspectos del carácter español, que, como todo, tiene su lado bueno y su lado malo. Él, aquí, fue más bien crítico: Analizar el carácter español desde esta perspectiva: ausencia del necesario componente de duda. Pueblo de creyentes o de ateos. Es imposible hacerlos cambiar una opinión errada mediante un razonamiento. La verdad para ellos no viene desde fuera sino desde dentro: por un fenómeno de iluminación anterior.
Esto está escrito hace cincuenta años, en pleno franquismo. Tengo mis dudas acerca de si hemos cambiado tanto (aunque si tengo dudas, ya no soy español, según Ribeyro...).
Esto está escrito hace cincuenta años, en pleno franquismo. Tengo mis dudas acerca de si hemos cambiado tanto (aunque si tengo dudas, ya no soy español, según Ribeyro...).
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