Leído en El 19 de marzo y el 2 de mayo (tercer Episodio nacional de Pérez Galdós):
Al protagonista, Gabriel Araceli, lo han enchufado en un puesto funcionarial de intérprete de lenguas. El único idioma que se supone que conoce es el latín, utilísimo para las relaciones internacionales, como se sabe. Lo malo es que no tiene ni idea de latín ni de nada. Para colmo, coincide la situación con el motín de Aranjuez. Godoy, el todopoderoso y corrupto Príncipe de la Paz, que es quien le ha colocado, acaba de caer de su pedestal. Entonces, el licenciado Lobo, enemigo personal de Araceli, aprovecha para sacar tajada del asunto y suelta a continuación estas lindezas:
Este joven parece que sabe latín y compuso un poema en versos latinos; y algunos de los alcahuetones que lo leyeron fueron con el cuento al Príncipe, diciéndole que mi niño era un portento de sabiduría. ¡Mentiras y más mentiras! Ya se ve: cuando en la secretaría de Estado recibieron el volante se escandalizaron, porque ya había caído el Príncipe de la Paz, y aquellos eminentes repúblicos, después de poner en la calle a Moratín, esperaron a que se presentara este prodigio, si no, para colocarle, para verle al menos. Pero yo ando tras el objeto de que coloquen allí a un primo mío que sabe tres lenguas: el valenciano, el gallego y el castellano.
Con lo bien que se está en Cádiz, incluso se puede leer también allí a Pérez Galdós. No sé, algo tenía que decir, además de saludar.
ResponderEliminarSí que se está bien en Cádiz, ay... (Pamplona no recuerda a Cádiz ni cuando hace calor como hoy). Bueno, pues se agradece el saludo y que no sea el último.
ResponderEliminarEn la España actual no sabría tres lenguas sino cuatro: las dichas y el catalán. Milagros de la política lingüística...
ResponderEliminarBueno, si fueras catalán, dirías que en realidad siguen siendo tres ¿No? En cualquier caso, sean tres o cuatro, parece que nos gusta la torre de Babel.
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