Qué cochino destino el nuestro, el de los personajes de microrrelatos. Nacemos en apenas dos líneas, vivimos encerrados en otras pocas más, no tenemos la suerte de reproducirnos (yo, al menos) y nos morimos cuando a Él le da la gana. Desde luego, no hay derech
Anímate, micro-personaje, al menos tienes poco tiempo para cometer errores.
ResponderEliminarNo es cuestión de derechos (aunque la SGAE diría lo contrario), es, simplemente, ley de vida, o si lo prefieres, derecho natural. Así estamos muchos,... ya, ya, ya lo sé, mal de muchos consuelo de tontos, pero, qué se le va a hacer.
ResponderEliminarEncima no lo dejan terminar, pobre hombre.
ResponderEliminarQué bueno! De los mejores, no entiendo por qué no hay un editor inteligente que publique esto ya. Si la vida es en realidad otro microrrelato...
ResponderEliminarBah, no te quejes. Tu destino, bien mirado, es el de tod
ResponderEliminar¡Muy bueno, Javier!
ResponderEliminarMe recuerda uno de Ana María Shua:
"¡Huyamos, los cazadores de letras est´n aquí!"
Un abrazo,
un poco ególatra lo de Él con mayúsculas ¿no crees?... debe ser fascinante sentirse como Dios
ResponderEliminarBueno, mil gracias de nuevo a todos los amigos habituales -qué animantes sois todos, de veras- y a porrompompero que se une con ritmo flamenco. Un apunte, Víctor: Ana María Shúa es para mí el nº 1 del microcuento, así que no tiene nada de especial que me haya influido. Creo que hay, además de ella, otra influencia bien distinta para este micro: Niebla de Unamuno.
ResponderEliminarHola personaje de microrrelato: tu vida no es tan distinta. Mira mi caso. Nací en Pamplona, fui discípula de él, sí, sí, tu Él. Y para que consueles te contaré otra cosa.
ResponderEliminarPara él hay otro Él. Le ha dado esposa y unos hijos. Y unos cuantos alumnos. Y me temo que para tanto para tu Él como para mí también ha dispuesto un final.
María Ángeles Lluch.
Javier ya puedes poner un enlace a mi blog: El rincón de Alejandría. No es tan creativo, pero está bien para los aficionados a la literatura y otros personajes.
Un abrazo
...o que no me dejen ni siquiera quejarm
ResponderEliminarJavier, a mí me ha recordado uno de mis preferidos, que leí en 'La mano de la hormiga', creo que una de las primeras antologías de micros: 'Había una vez un colorín colorado'. No recuerdo el autor. Saludos.
ResponderEliminarY si le damos vida al personaje y alargamos el microrrelato.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
saludos.
Lola: Perdóname el retraso. He estado en Colombia todos estos días y apenas he mirado internet.
ResponderEliminarNo importa el retraso.
ResponderEliminarQue bonito en Colombia. Genial.