Para matar caracoles, trampas de cerveza. Lo leí en algún lado y lo probé, con éxito, entre las fresas del jardín. Coloqué unos vasos de plástico llenos de cerveza barata y allí fueron a morir los muy borrachos. Supongo que, como a los bichos les atrae la humedad, el alcohol se les mete por los poros y se queman.
Hace poco hice una prueba parecida en la nevera de mi casa. Dejé una lata de cerveza medio llena y al día siguiente estaba vacía del todo. El caracol confesó rápidamente.
Hace poco hice una prueba parecida en la nevera de mi casa. Dejé una lata de cerveza medio llena y al día siguiente estaba vacía del todo. El caracol confesó rápidamente.
¡Coño! -con perdón- ¡Qué descubrimiento!
ResponderEliminarCosas de la "casualià", ya me entiende. Lo digo porque me gusta sisarle la cerveza a Ana
-mi mujer- del frigorífico, y porque gusto de los caracoles, más que de mi "muhè", (entiéndaseme bien, por favor, con corrección) que los hace "superiò".
También me encanta el criadero, osea, este norte gaditano.
Ea, hasta la próxima.
Un abrazo.
(Risas)
ResponderEliminarYo también confieso que he sido un poco caracol de pequeño.
ResponderEliminar¿¿¿Un poco caracol de pequeñoooo??? esto es indignante, Mauricio, ¡¡tú no has dejado de ser caracol confeso en tu vida!!...
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