El coche dejó atrás la última curva y, de pronto, apareció ante nosotros aquel pueblo indiferente y precioso, asoleándose al pie de los Pirineos. Al otro lado quedaba España. Después de veintimuchos años viviendo en el norte, hasta ahora no había yo descubierto la villa vascofrancesa de Sare (Sara, en vascuence). Tanto pueden las fronteras.
jueves, 30 de diciembre de 2010
Escapada al País Vasco francés
El coche dejó atrás la última curva y, de pronto, apareció ante nosotros aquel pueblo indiferente y precioso, asoleándose al pie de los Pirineos. Al otro lado quedaba España. Después de veintimuchos años viviendo en el norte, hasta ahora no había yo descubierto la villa vascofrancesa de Sare (Sara, en vascuence). Tanto pueden las fronteras.
domingo, 26 de diciembre de 2010
Un sueño profético
-Oye, José Luis, ¿y si nos arreglamos para que salga nuestro número? Como somos los que mandamos, podemos hacer lo que nos dé la gana y nos forramos.
Pero Zapatero, muy serio, allí le contestaba:
- Mariano, amigo mío, este es tiempo de responsabilidad. En un momento de crisis como el que se encuentra nuestro país, es la hora de que todos arrimemos el hombro...
Y en ese tono seguía hablando y dando cifras económicas que no consigo recordar. Lo curioso es que, de pronto salía yo mismo y felicitaba a Zapatero por su discurso sincero, y él me respondía con una sonrisa melancólica y silenciosa. Por si todo fuera poco surrealista, luego entraba mi mujer (que ya es raro que pise el apartamento de sus suegros, casi tanto como los otros dos), y me sugería que tal vez Zapatero, cuando se retire, podría ocupar el lugar del rey. A fin de cuentas, su discurso tenía un valor moral. En fin...
Tratando de pscoanalizarme, he llegado a la conclusión de que todo se debió a la impresión que me produjo el último discurso de Z. en el congreso, cuando se refirió a los cinco años de duros ajustes que nos aguardan. Después de dos años escuchándole que el fin de la crisis está cerca, a un mes vista o poco menos, ahora resulta que no, que hay que esperar un poquito. No sé ustedes, pero, para mí, este discurso excepcional es un testamento político. Como por una vez ha dicho la verdad, tendrá que dimitir. Eso sí, cuando lo haga, seguirá fiel a su estilo: de la noche a la mañana, y cuando menos se lo piense la gente.
viernes, 24 de diciembre de 2010
Feliz Navidad
La niña tuvo un sueño
de amanecida
y en el sueño su cuerpo
resplandecía.
Se despierta y quisiera
ver lo que ha visto:
seguir jugando a tientas
con aquel niño.
En el cielo la luna
cascabelea
y un copo, un solo copo,
llena la tierra.
En la cuna está el niño;
piensa que es sueño;
le toca con las manos
y el pensamiento.
Vuelve a tocarle un poco;
no está segura
y cae la nieve a tientas
sobre la cuna.
Con el niño en los brazos
sólo quisiera
saber si está viviendo
lo que entresueña.
jueves, 23 de diciembre de 2010
Escenas de fin de trimestre
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Fin de trimestre. Al atardecer, entre los libros y los ecos, la biblioteca se vuelve secreta.
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miércoles, 22 de diciembre de 2010
Con el tiempo
lunes, 20 de diciembre de 2010
Más vodka
sábado, 18 de diciembre de 2010
El baile de Natacha
domingo, 12 de diciembre de 2010
Vargas Llosa y España
Quiero a España tanto como al Perú y mi deuda con ella es tan grande como el agradecimiento que le tengo. Si no hubiera sido por España jamás hubiera llegado a esta tribuna, ni a ser un escritor conocido, y, tal vez como otros colegas desafortunados, andaría en el limbo de los escribidores sin suerte, sin editores, sin premios ni lectores, cuyo talento acaso -triste consuelo- descubrirá algún día la posteridad. En España se publicaron todos mis libros, recibí reconocimientos exagerados, amigos como Carlos Barral y Carmen Balcells y tantos otros se desvivieron porque mis historias tuvieran lectores. Y España me concedió una segunda nacionalidad cuando podía perder la mía. Jamás he sentido la menor incompatibilidad entre ser peruano y tener pasaporte español porque siempre he sentido que España y el Perú son el anverso y el reverso de una misma cosa, y no sólo en mi pequeña persona, también en realidades esenciales como la historia, la lengua y la cultura.
Es interesante eso que señala el flamante Nobel de que no ve incompatibilidad en asumir dos identidades nacionales, pero no tengo espacio para glosarlo aquí. Lo que ahora me llama la atención es cómo Vargas Llosa, todo un caballero, demuestra una relación natural y sin complejos con nuestro país, algo no tan frecuente entre los intelectuales hispanoamericanos del día (otro era Onetti, justamente agradecido; en cambio, García Márquez, aunque mucho debe a España, se suele apuntar a los tópicos antiespañoles para disfrute de propios y extraños, es decir, de los seguidores de Fidel Castro y de la academia norteamericana).
martes, 7 de diciembre de 2010
Ajedrez
lunes, 6 de diciembre de 2010
Aquí, torre de troncol
Ahora que ya se ha terminado (o eso dicen) el penúltimo caos nacional, no hablaré de los irresponsables troncoladores aéreos ni del gobierno destroncolado. Uno va leyendo sobre el asunto aquí y allá, y puede adherirse a las razones de unos o de otros. En cambio, en todas las versiones, el tercer implicado en el desbarajuste, el noble y sufrido pueblo español, aparece siempre como víctima inocente.
Pero en este rincón trato de hablar de mi experiencia, que es lo poco a lo que me agarro para entender las cosas. En los últimos seis meses he tenido que volar en muchas ocasiones. Y en casi todos los viajes he padecido retrasos de dos o tres horas. Para mi sopresa, nadie, o casi nadie, entre los pasajeros preguntaba nunca por las razones de que el avión estuviera dando vueltas alrededor de Barajas o de que estuviéramos dando vueltas por los posmodernos pasillos de la T4 porque los troncoladores se divertían cambiando las entradas en los aviones cada quince minutos. La gente suspiraba y seguía las instrucciones con laica resignación. Curiosamente nadie relacionaba todas estas situaciones con el problema de los troncoladores en agosto, aplazado con su habitual eficacia por nuestro presidente. En fin, ¿qué quieren? Si una sociedad mira hacia otro lado o no ve un problema porque los medios de comunicación no lo denuncian (precioso silencio el de todos estos meses), lo normal es que le caiga el tronco encima en cualquier momento.
domingo, 5 de diciembre de 2010
No es exacto, pero sirve (creo)
En fin, si non é vero, é bene trovato.
viernes, 3 de diciembre de 2010
Elogio de los bolsillos
-un plástico arrugado
-un cable de televisión (Los niños crecen. Antes guardaba piezas de lego y muñecos playmobil).
-dos caramelos confiscados (En esto siguen sin crecer)
jueves, 2 de diciembre de 2010
Fogonazos, 4
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Revisando fotografías de personas queridas: sensación agridulce. Una tras otra, repaso imágenes, gestos y posturas felices, pero también adivino la inconsciencia acerca de su futuro, la ignorancia que había detrás de aquella mirada sonriente.
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Y, sin embargo, la experiencia también me enseña que detrás del chaparrón viene la alegría.
miércoles, 1 de diciembre de 2010
Cofres y cajones
domingo, 28 de noviembre de 2010
Un fondo compartido de pensar
-Es que, como todos venimos de comunidades autónomas distintas, hemos leído todos cosas diferentes.
Luego leí lo de Aquilino Duque en su blog sobre los últimos días de España, y pensé que una comunidad nacional no puede subsistir sin un fondo compartido de libros, es decir, de lecturas que forman un mismo sentir y un mismo pensar.
viernes, 26 de noviembre de 2010
Las bromas de Borges
jueves, 25 de noviembre de 2010
Alfonso Canales: Birthday
Birthday comienza de forma extraordinaria; luego, al rato, quizá pierde intensidad, pero la recupera al final. Como todos los grandes poemas, necesita de subidas y bajadas para que se note la altura de la cordillera.
¿Cómo pudo existir lo que tus ojos
no eran capaces de crear, tus dedos
de acostumbrar a la vital dulzura
de su tacto? No hubo nada antes
de ti, ni creo que haya
nada después de que tu vida acabe.
Ni siquiera los años que el tiempo me atribuye
antes de tu venida fueron sino fantasmas
de un mal sueño: más joven
soy que tú, pues no cuenta
para mí cuanto pude vivir sin conocerte.
También yo soy tu obra: lo que piensas de día,
lo que de noche ocupa tu deseo,
eso me alza, viva
criatura del amor, como una fuerza
tuya que por milagro
se conforma
y alienta. Nada puede
sucederme si dejas de tejer esta tela
donde se van trabando tus hilos con los míos.
Antes de ti, después de ti, el diluvio
de la nada disuelve
esta mano que escribe estas palabras.
miércoles, 24 de noviembre de 2010
Dos microrrelatos de María Rosa Lojo
El Cielo –se ha dicho— es el lugar en donde no hay historia. El tiempo cesa allí, se coagula, como cesa de fluir la sangre de una herida. Quizás, en ese espacio donde ningún cuerpo pesa, no hay más que el tiempo de lo que ya se vivió, fragmentado como un rompecabezas, que se arma y se desarma una y otra vez, hasta agotar todas las combinaciones posibles del temor y el deseo.
Los primeros pobladores del Cielo cristiano fueron los Santos Inocentes.
María Rosa Lojo (Buenos Aires, 1956) es autora de una veintena de libros de poesía, narrativa y ensayo. Su interés por la narrativa histórica le ha proporcionado justo prestigio en su país gracias a títulos como Historias ocultas de la Recoleta (2000), La princesa federal (1998) o Finisterre (2005). De la conjunción de su veta poética con la narrativa han surgido poemas en prosa o microrrelatos como éstos.
martes, 23 de noviembre de 2010
La luz del corazón llevo por guía
Prosigo el juego y bajo las escaleras con cuidado. No hay problema; recorro el salón, la cocina, los baños. Entonces doy la vuelta. Subo las escaleras, mientras repaso la forma de los peldaños con los pies. Ahora ingreso en otra habitación con las manos por delante. Me siento frente a algo que imagino que es la mesa. Tanteo el aparato. Doy al botón de encendido. Y me pongo a teclear estas palabras que van saliendo una a una, desde lo oscuro y al azar.
lunes, 22 de noviembre de 2010
La última novela de Vargas Llosa
domingo, 21 de noviembre de 2010
Cuatro o cinco ideas sobre este blog
A mí me gustaría tener las cualidades que Italo Calvino proponía para la literatura del nuevo milenio: levedad, rapidez, exactitud, visibilidad y multiplicidad. Explicar cada una de ellas aquí sería atentar contra esas mismas cualidades, así que, dicho de una manera más espontánea, la cosa se resumiría en que no hay que ser pesado (levedad), sino breve (rapidez) y preciso (exactitud). Si se pueden decir las cosas con un poco gracia, mejor, y, desde luego, hay que ser abierto y respetuoso con las opiniones de los demás, porque los comentarios contribuyen a ir haciendo el blog. Eso significaría, creo, aceptar la multiplicidad del mundo en que vivimos. La visibilidad a la que se refiere Calvino se puede aplicar al uso de las imágenes, claro está, pero también a escribir de una forma que el lector "entienda" y "vea" lo que queremos decir.
Y ya vale por hoy, que me estoy alargando.
miércoles, 17 de noviembre de 2010
Apología de la lectura por la noche
-No lo leas, no lo leas, que es malísimo, me advirtió muy convencido.
Y me explicó que utilizaba el librico como calzador de la pata de la cama, que estaba medio coja. De ahí los porrazos que exhibía la cubierta. Ahí tienen ustedes otra razón de peso en favor de los libros por la noche.
Además, mi amigo había elegido bien, y no sólo porque el tamaño del libro le convenía a la estabilidad del lecho. Para los que tenemos poco aguante a esas horas, acaso lo más recomendable sea leer poesía, que ésta siempre se esconde en la brevedad y en la belleza. La poesía exige poco tiempo pero, para quien está atento a su llamada, da mucho a cambio. La poesía es inmortal y pobre, decía Borges, y digo yo que sólo pide una limosna de minutos. Ahora tengo en mi montañoso top ten de la mesilla, Memoria del Paraíso de Corina Dávalos. Y qué continuada sorpresa releer por la noche lo mejor del libro, que está, para mí, en ráfagas de versos como estos:
Tarde de lluvia:
con ramas de recuerdos,
enciendo el fuego.
Un gesto breve:
tu sonrisa cansada,
enciendo el fuego.
Soplo de viento:
¡Qué honda reverencia
de trigo verde!
martes, 16 de noviembre de 2010
Hechizo
jueves, 11 de noviembre de 2010
Viva la Y griega
martes, 9 de noviembre de 2010
Túnel
lunes, 8 de noviembre de 2010
Zapeos del fin de semana
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Este sábado, nuestro presidente ha sentido un súbito amor por las tropas españolas en Afganistán y, como los grandes estadistas, ha hecho un viaje sorpresa para verlas. Entretanto, Pepe Montilla, president de la Generalitat, recibe a Benedicto XVI al pie de la escalerilla del avión: todo por la patria... catalana.
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M. vuelve desolada de comprar el pan. En la cola ha visto unos periódicos que hablan de la visita del Papa y se le ha ocurrido comentar en voz alta su alegría por la noticia. Enseguida la señora de delante se ha vuelto hecha una Furia: "¿Pero usted está a favor de la visita de ese hombre?". Enseguida, un silencio y, a la carga: "¡Con los problemas de paro que tiene España! ¿Sabe usted lo que nos cuesta a todos?"", etc. El chorreo ha durado un rato con insultos personales incluidos ("¡Parece mentira que usted piense así!"). Al final la señora tenía un sofoco tal que le faltaba el aire para pedir el pan. Llevaba un periódico bajo el brazo. Supongo que allí saldría eso de "Miembros del gobierno manifiestan su sorpresa por las alusiones del Papa al ambiente en España durante los años treinta".
sábado, 6 de noviembre de 2010
jueves, 4 de noviembre de 2010
Mi otro blog
Sabio y sencillo
Esto se lo escuché en una tertulia a J.J. hace más de veinte años. Me pareció una definición inusitadamente modesta, sobre todo por venir de un poeta. Y más aún: sabia y sencilla.
Con el tiempo he llegado a pensar que es lo que sucede también con otras cosas que se nos ofrecen como un don gratutito: mirar paisajes, ir a un concierto, escuchar a un amigo, nadar un rato, pasear, cultivar plantas, coleccionar sellos, jugar con un niño, pintar soldaditos. Formas de amar la vida.
miércoles, 3 de noviembre de 2010
Gabino Ezeiza
Por desgracia, esta caracterización no se ajustaría a una verdad que, en ocasiones, hasta los mismos argentinos desconocen. Gabino Ezeiza fue, ciertamente, un payador famoso por su talento, pero el color de su piel... era negro. Llegó a triunfar en payadas tan célebres en su época como la tenida con el uruguayo Juan de Nava, en 1884. La ocasión debió de crear, por cierto, una expectación insólita, ya que se trataba de una especie de partido internacional de fútbol con el aliciente de la rivalidad entre las dos repúblicas vecinas. Ezeiza viajó a Montevideo invitado por el mismísimo gobierno oriental. En un recinto lleno de público derrotó a su rival de forma tan clara que hasta la misma prensa uruguaya lo reconoció deportivamente. Este hecho significó la consagración de Gabino, quien desde entonces fue considerado sin discusión el mayor improvisador de su tiempo.
No deja de ser curioso, añado, que el nombre del aeropuerto principal de un país que se suele conocer como uno de los más "europeos" de Hispanoamérica, sea el de un descendiente de africanos. La explicación viene del gran número de esclavos que tuvo el Río de la Plata durante el período colonial. En 1800 la población negra de lo que hoy llamamos Argentina era de un 37 % frente a un tanto por ciento equivalente de criollos. Las guerras y las epidemias de finales del siglo XIX terminaron diezmando el contingente de origen africano, que tan importante fue durante décadas en la formación del país.
martes, 2 de noviembre de 2010
Corrección politico-lingüística
viernes, 29 de octubre de 2010
Vargas Llosa, el liberal
miércoles, 27 de octubre de 2010
Happy World
Y salimos. Primero los mayores y luego los niños. Para nuestra sorpresa todo olía mejor, como una especie de almizcle y especias finas. Alguno quiso de pronto llevar la contraria y se tapó la nariz un par de minutos, pero luego no pudo más y tragó todo de golpe. Pasada una media hora vi al primer hombre abrazando a una mujer. Era tanta nuestra armonía que se desataron las lenguas y todos hablamos a la vez, con la misma voz y las mismas palabras. La gente se quería. Algunos se tiraban a la hierba del parque y se besaban, pero la mayoría preferíamos hacerlo en cualquier lado. Tanto nos queríamos que nos daba igual quien se echara en nuestros brazos. Cuando a alguien le entraba el miedo, íbamos al centro de salud y regresábamos con los remedios oportunos.
Por eso estamos aquí, ahora, todos de la mano, unidos en un mismo ideal, persiguiendo con palos y cuchillos a quien se opone a nuestra felicidad. No vaya a ser que algún intolerante haya salido con mascarilla.
martes, 26 de octubre de 2010
Inercia uruguaya
lunes, 18 de octubre de 2010
Extrañas coincidencias
-Dentro de unos días viene Enrique Anderson Imbert a Buenos Aires.
domingo, 17 de octubre de 2010
Diario de viaje de Bioy
miércoles, 13 de octubre de 2010
Caminatas por Buenos Aires
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Visita a una escuela de Letras, situada en el octavo piso de un venerable edificio de principios del siglo XX. Fue construido para acoger a la embajada austrohúngara, pero, tras la Gran Guerra, debió utilizarse para otros fines. Mientras subimos en el tranquilo ascensor de hierro forjado, contemplo, piso a piso, las ruinas en que se ha convertido la casa por dentro. Al llegar arriba, nos abren la puerta y nos encontramos con un local modesto pero pulcro, con puertas y pasillos que recuerdan un esplendor no tan lejano. Desde la terraza, sombreada por una torre belle époque, se divisa el Río de la Plata, magnífico, y los intermitentes rascacielos de Puerto Madero. Hablamos con los responsables de la iniciativa de la escuela de escritores, que tiene más de doscientos cincuenta alumnos. Los directores parecen gente seria y entusiasta. Por fortuna ella es economista y él ingeniero. Estas cosas es mejor no dejarlas a los de letras.
Al regresar por el ascensor, se me ocurre que quizá Buenos Aires sea, a una escala mayor, como lo que he visto en el edificio austrohúngaro : una decadencia interminable y, al mismo tiempo, una vitalidad sin límites.
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Me gusta husmear en las librerías de saldo, abiertas con su boca sucia a la vereda de la calle Corrientes. Algunas veces encuentras tesoros, aunque casi lo más sorprendente sean esos fondos inacabables de álbumes ilustrados de los años setenta del siglo pasado, del tipo Grandes batallas de la historia o Enciclopedia del fútbol argentino. Entro en una de mis librerías favoritas: muy cutre y mugrienta, con las paredes decoradas a spray con los nombres de escritores célebres. Algo así como el canon literario del dueño: Lorca, Shakespeare, Freud, Borges, ¡Marechal!, Catulo, Lacan, Cervantes... el Señor. Me quedo pensando un momento y, de pronto, caigo en que se refiere al Autor de la Biblia.
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Alguien me enseña una fotografía reciente del periódico La nación en la que sólo se muestran en primer plano las piernas de Angela Merkel junto a las de Cristina Fernández de Kirchner. "Las piernas no son muy lindas", me dice agudamente, " pero es como un símbolo de los dos países y sus presidentas. La Merkel tiene las plantas bien gordas y en el suelo, y la señora K. está con esos tacones altísimos, como en el aire y con equilibrio precario".
Creo, por cierto, que la foto demuestra unas dotes de observación muy femeninas; y el comentario, esto sí lo puedo decir con certeza, me lo ha hecho una mujer.
domingo, 10 de octubre de 2010
Adiós
Nunca me gustó demasiado la poesía de Enrique Molina. Lo intenté una y dos veces. A la tercera fue la vencida, por culpa de un manual de literatura hispanoamericana que estuve terminando antes de que él terminase conmigo.
Este poema de Molina lo escribió poco tiempo antes de morir y se titula "Adiós". Lo seleccionó Luis Alberto de Cuenca en sus Cien mejores poesías de la lengua castellana.
Un día más, sólo un minuto más, para estar vivo
y despedirme de cuanto amé.
Para decir adiós a las cosas que vi y toqué mientras moría.
desde el instante mismo en que nací.
Y vino el niño con el premio que ganó en el colegio por su sabiduría,
y el ala de la gaviota golpeando en el infinito con su vuelo,
vino la cabellera derramada y el rostro de la misteriosa
mujer que estuvo a mi lado, en el lecho sin que yo lo supiera,
y el río con su lenta corriente musculosa
a través de cada mueble, de cada objeto y de cada gesto
de quien me ve partir, ¡oh, Dios mío!
Un instante más aún en el suelo que pisé,
en el aire de mi respiración
sofocada por el amor, en los vestigios de la pasión
con cuanto -mosca o sol- me deslumbró en este extraño
planeta, donde perduré año tras año, presintiendo
este límite de espumas, este revuelto torbellino
de la despedida, yo, que tanto fui deslumbrado
por la centelleante atracción de la tierra,
por cuanto fue caricia o solamente un espejismo del mundo
en mi destino.
Así pues, despídome de los caballos, de la canoa,
los pájaros, el gato y sus costumbres. Déjame
una vez más mirar las flores y la lluvia. Es éste
el trágico momento en que uno descubre
el delirio misterioso de las cosas, sus raíces secretas,
el instante supremo de decir adiós
a cuanto se adoró en esta vida.
PD: Cuando descubrí este poema, me entusiasmó y se lo leí en voz alta a mi mujer mientras estábamos en el coche esperando a que los niños salieran del colegio. Era tan emocionante y estábamos los dos tan conmovidos que, cuando T. pegó un golpetazo en el cristal para que le abriéramos, nos dio un susto de muerte.
jueves, 7 de octubre de 2010
Se lo merece
miércoles, 6 de octubre de 2010
Micros desde Texas
-¡Ojalá nunca me hubieras dado aquel maldito beso. Ahora estaría tranquilamente con mis amigos, croando a la luz de la luna.
2) Su trabajo de espía le había deparado un sinfín de emociones y fatigas, y ahora, ya al final de su carrera, esperaba con dulce impaciencia la llegada de su jubilación. Su última misión, además, se encontraba a punto de concluir: esperar al contacto ("Jimmy"), pronunciar la palabra convenida y extender su mano para recibir el disquete. Sólo –le habían dicho– tendría que mantenerse especialmente frío y sereno, porque el contacto era un tipo meticuloso y desconfiado que haría fuego ante el menor imprevisto. Fue una lástima, pues, que su primer acceso de amnesia le sobreviniera al saludar a "Jimmy".
3) Cuando levantaron el cadáver, en la plaza, todos se quedaron sorprendidos: debía ser extranjero, porque había muerto con una sonrisa en la boca.
4) …pero el peculiar balido de la cuarta oveja le mantuvo en vilo toda la noche.
lunes, 4 de octubre de 2010
Ya no
Ya no será...
Ya no será,
ya no viviremos juntos, no criaré a tu hijo
no coseré tu ropa, no te tendré de noche
no te besaré al irme, nunca sabrás quien fui
por qué me amaron otros.
No llegaré a saber por qué ni cómo, nunca
ni si era de verdad lo que dijiste que era,
ni quién fuiste, ni qué fui para ti
ni cómo hubiera sido vivir juntos,
querernos, esperarnos, estar.
Ya no soy más que yo para siempre y tú
Ya no serás para mí más que tú.
Ya no estás en un día futuro
no sabré dónde vives, con quién
ni si te acuerdas.
No me abrazarás nunca como esa noche, nunca.
No volveré a tocarte. No te veré morir.
Esta versión es un desastre, porque, tratando de enmendar la plana a Idea Vilariño, domestica la fuerza de su poesía. Así se cargan la dureza original de esos versos desolados que prescinden de puntos y comas porque entorpecen lo único que se quiere expresar: la frustración del amor a través de un monólogo doloroso y delirante. Aquí va lo que de verdad escribió Idea Vilariño:
Ya no será
ya no
no viviremos juntos
no criaré a tu hijo
no coseré tu ropa
no te tendré de noche
no te besaré al irme
nunca sabrás quién fui
porque me amaron otros.
No llegaré a saber
por qué ni cómo nunca
ni si era de verdad
lo que dijiste que era
ni quién fuiste
ni qué fui para ti
ni cómo hubiera sido
vivir juntos
querernos
esperarnos
estar.
Ya no soy más que yo
para siempre y tú
ya
no serás para mí
más que tú. Ya no estás
en un día futuro
no sabré dónde vives
con quién
ni si te acuerdas.
No me abrazarás nunca
como esa noche
nunca.
No volveré a tocarte.
No te veré morir.
sábado, 2 de octubre de 2010
Arte de escuchar
viernes, 1 de octubre de 2010
El asalto
No fue para tanto. Bogotá no me pareció más peligrosa que otras capitales americanas que he conocido. De hecho, en los cinco días que pasé allá, la única vez que me atacaron fue enfrente de la iglesia de San Agustín. El tipo que se acercó venía armado con una chaqueta gastada y una sonrisa de enfermo. Nos lo habíamos cruzado poco antes y nos saludó con obsequiosa amabilidad mientras aparentaba ir en dirección contraria . Luego, debió de volver sobre sus pasos y nos alcanzó. Nos preguntó de donde veníamos y mi colega dijo que de Argentina y yo, de España. "¡Qué bonita es Bogotá!, ¿verdad, amigos míos?", exclamó de pronto, y a partir de aquí nos largó su conferencia. La performance consistía en un discurso que incluía varios registros: el erudito informativo ("Amigo español, ¿sabía usted que aquí vivió el gran José Celestino Mutis?"), el biográfico ("soy un investigador de la vida de esta ciudad a la que amo desde siempre"), el patriótico ("nací en Cali, la tierra de la salsa"), el patético sentimental ("el pueblo colombiano es una víctima, yo mismo soy un desplazado de las Farc"), etc. Realmente era un charlatán genial. Intenté, con disimulo, darle al botón de la grabadora de mi móvil, pero no lo conseguí. Me quedé con las ganas, porque sacar el aparato del bolsillo, me daba un poco de corte. Entretanto, poco a poco, modulando la voz en timbres agudos y graves, entre pausas y gorgoritos, el sujeto siguió con su rollo hasta que se detuvo por fin y, alzando una mano al cielo, gritó:
Luego nos dejamos conducir por él hasta la iglesia, en donde pudimos comprobar que no tenía ni idea de arte. El hombre se debió dar cuenta de que nos empezábamos a aburrir como monas y salimos fuera de nuevo.
-Amigos míos, ¿creen ustedes que este encuentro ha sido casual? No, amigos, no, ha sido el mismo Jesucristo quien nos ha puesto en el camino.