domingo, 10 de octubre de 2010

Adiós

Nunca me gustó demasiado la poesía de Enrique Molina. Lo intenté una y dos veces. A la tercera fue la vencida, por culpa de un manual de literatura hispanoamericana que estuve terminando antes de que él terminase conmigo.
Este poema de Molina lo escribió poco tiempo antes de morir y se titula "Adiós". Lo seleccionó Luis Alberto de Cuenca en sus Cien mejores poesías de la lengua castellana.


Un día más, sólo un minuto más, para estar vivo

y despedirme de cuanto amé.

Para decir adiós a las cosas que vi y toqué mientras moría.

desde el instante mismo en que nací.

Y vino el niño con el premio que ganó en el colegio por su sabiduría,
y el ala de la gaviota golpeando en el infinito con su vuelo,
vino la cabellera derramada y el rostro de la misteriosa
mujer que estuvo a mi lado, en el lecho sin que yo lo supiera,
y el río con su lenta corriente musculosa
a través de cada mueble, de cada objeto y de cada gesto
de quien me ve partir, ¡oh, Dios mío!

Un instante más aún en el suelo que pisé,
en el aire de mi respiración
sofocada por el amor, en los vestigios de la pasión
con cuanto -mosca o sol- me deslumbró en este extraño
planeta, donde perduré año tras año, presintiendo
este límite de espumas, este revuelto torbellino
de la despedida, yo, que tanto fui deslumbrado
por la centelleante atracción de la tierra,
por cuanto fue caricia o solamente un espejismo del mundo
en mi destino.

Así pues, despídome de los caballos, de la canoa,
los pájaros, el gato y sus costumbres. Déjame
una vez más mirar las flores y la lluvia. Es éste
el trágico momento en que uno descubre
el delirio misterioso de las cosas, sus raíces secretas,
el instante supremo de decir adiós
a cuanto se adoró en esta vida.


PD: Cuando descubrí este poema, me entusiasmó y se lo leí en voz alta a mi mujer mientras estábamos en el coche esperando a que los niños salieran del colegio. Era tan emocionante y estábamos los dos tan conmovidos que, cuando T. pegó un golpetazo en el cristal para que le abriéramos, nos dio un susto de muerte.


2 comentarios:

  1. Como si se estuvieran efectivamente despidiendo de todo y los hubieran venido a buscar. ¡Toc, toc, vamos! ¡Brr!

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  2. Javier, te lo tomo prestado para clase. Visitar tu blog es ya una de mis costumbres favoritas: ¡gracias!

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