miércoles, 20 de febrero de 2013

Un microrrelato pirata



1718. Ron, agotado. Nuestra tripulación, un poco sobria. Una maldita confusión entre nosotros. Síntomas de motín. Todo el mundo habla de separarse. Yo pongo todo mi ingenio en cazar botín. (Despues.) Hemos saqueado un barco con un gran cargamento de licor a bordo. La tripulación ha entrado en calor. Están borrachos. Las cosas han vuelto a la calma.


(de Edward Teach, alias Barbanegra, Diario de a bordo, tomado de Phillip Gosse: Historia de la piratería, Madrid, Espasa Calpe, 1958, vol. 2, p. 67).




lunes, 18 de febrero de 2013

La poesía vende

Por las noches me gusta coger un libro de poesía al azar y leer dos o tres poemas antes de irme a la cama. Ayer le tocó a una antología de José Moreno Villa que andaba perdida entre las estanterías. Ni recordaba cómo había llegado hasta allá. Supongo que me la regaló alguien que no sabía qué hacer con el libro, como enseguida se verá.
A Moreno Villa yo no lo había leído, salvo quizá en alguna antología colectiva. Lo situaba en la segunda o tercera fila de la generación del 27, al lado de los Hinojosa, Villalón, Altolaguirre, Domenchina, etc. Ahora veo que me equivoqué: es peor que todos ellos. Su mejor libro, al parecer es Jacinta la pelirroja (1929). Gustará a los arqueólogos. Aunque el tono mejora conforme el poeta madura y se hace conmovedor cuando sufre en el exilio mexicano, en general, el libro está lleno de poemas no exentos de desinterés. Por ejemplo, "Bailaré con Jacinta la pelirroja":

Eso es, bailaré con ella
el ritmo roto y negro
del jazz. Europa y América.
Pero hemos de bailar si se mueve la noria,
y cuando los mirlos se suban al chopo de la vecina.
Porque -esto es verdad-
rito exige su capilla.
¿No, Jacinta? Oh, Jacinta, pelirroja, peli-peli-roja
pel-pel-peli-pelirroja.
Qué bonitos, qué bonitos, oh, qué bonitos
son, sí, son, tus dos, tus dos, bajo las tiras
de dulce encaje de hueso de Malinas.
Oh, Jacinta,
bien, bien mayor, bien supremo.
Ya tenemos el mirlo arriba
y la noria del borriquillo. gira.


Y chim-pón, se acabó. Publicar, después de noventa años, estos versos tan desdichados no tendría mayor importancia, si no fuera porque en la segunda página leemos: PRIMERA EDICIÓN: 100.000 EJEMPLARES. Al principio creí que era una errata de las muchas que ostenta la edición. Pero no, ahí estaba el señor consejero de cultura de la Junta de Andalucía, que no me dejará mentir, quien, en su prólogo, página 5, dice que, con motivo del homenaje a Moreno Villa "figuran la edición y distribución de 100.000 ejemplares de una antología del poeta y pintor malagueño que será obsequiada entre los usuarios que visiten las bibliotecas públicas andaluzas el día 23 de abril".
Lo que no añade el texto es que era el 23 de abril de 2012. En plena bonanza económica, como quien dice.

martes, 12 de febrero de 2013

Mujeres piratas

Mi amigo y colega Miguel Zugasti les explicaba  a los alumnos una venerable definición de la Filología: la reconstrucción del sentido de los textos mediante el apoyo de la cultura que está detrás de ellos. Por eso el filólogo tendría que estar dispuesto a saber de todo: saber de historia, etnografía, medicina, astrología o numismática, entre otras muchísimas cosas. Por eso, me ha dado ahora por leer libros sobre piratas.
A uno los piratas le han caído siempre mal, quizá porque nunca había visto una película que me los hiciera simpáticos. Pero, al informarme algo más sobre ellos, las cosas las empecé a ver de otro modo. Para empezar, hay que distinguir entre corsarios, bucaneros y filibusteros de la misma forma que no es igual un broker de la Bolsa de Nueva York que un concejal de urbanismo. Entre los piratas también había niveles. Además, la historia de esta gente tiene una riqueza pintoresca que el cine, en líneas generales, no ha olido.
Las mujeres piratas, por ejemplo. Es verdad que en la fatigosa saga de Piratas del Caribe sale la chica ésa dando brincos. Por supuesto es una pijita aficionada en comparación con Anne Bonny y Mary Read. Hay otra muchas mujeres piratas, y no creo que todas fueran tan atractivas como nos las pintan los escritores, que en estos casos son, no por casualidad, siempre varones (y cuando son mujeres que se las dan de feministas, caen en la misma mirada masculina, pero en fin...) . Un grabado antiguo las pinta de esta guisa:




De todas las mujeres piratas la más original y romántica es Jeanne de Belleville, quien aparece en la brillante Historia de la piratería de Philip Gosse, libro magníficamente traducido por Lino Novás Calvo y que le encantaba a Borges. Copio su historia aquí:


El 2 de agosto de 1313 lord Oliver Clisson, uno de los principales caballeros ingleses de Nantes, acusado de una intriga con los ingleses, fue llevado a París y decapitado. Su cabeza fue llevada a Nantes y colgada de la muralla como ejemplo al uso.
Su viuda, Jeanne de Belleville, mujer famosa por su belleza en todo el reino de Francia, juró vengar en su país la muerte de su marido inglés. Hipotecó sus tierras, vendió sus joyas y los muebles de su castillo, y con el dinero así obtenido compró y equipo tres robustas naves. A la cabeza de este pequeño escuadrón la Dama de Clisson, nombre por el cual se la conoce en los anales de la piratería, comenzó a navegar, prestando especial atención a la costa de Francia, mostrándose inclemente con quienes caían en sus manos, cortando gargantas, hundiendo barcos, quemando pueblos. En los combates navales era siempre la primera en abordar al enemigo, llevando un hijo de corta edad a cada lado, jóvenes éstos tan valientes y feroces como su madre. Por desdicha, su fin nos es desconocido.





lunes, 11 de febrero de 2013

Poses postmodernas

Voy hojeando entre bostezos un ensayo sobre la resistencia al capitalismo de las clases populares: la tesis (escrita por un señor de clase media) es que los pobres armarán una "solidaridad de la resistencia" contra los embates de banqueros, políticos y demás gente maligna. Estoy tan despistado con lo que estoy leyendo que de pronto me fijo en la tira separa páginas: aparece un tío encapuchado llamado Josef Ajram cubierto de tatuajes y piercings hasta los morros. Anuncia su último libro: "Ganar en bolsa es posible". Al parecer, es un atleta de élite, pero se ha hecho de oro como  broker aficionado. Esto no le impide vestir como un mendigo. "Antes que renunciar a sus vaqueros y sus piercing renuncia a dar una conferencia en el Círculo Ecuestre de Barcelona, que le exigía llevar corbata…", dice una nota de prensa en internet.
El capitalismo absorbe tanto nuestras vidas que no podemos escapar de él. Jugando con las apariencias, confunde a millonarios y desharrapados. Los de arriba se disfrazan de zarrapastrosos. Van de rompedores y rebeldes, pero pactan con el sistema si de lo que se trata es de hacer caja. Pueden ir de antihéroes, pero es una pose. Todo es pose en este mundo postmoderno.
Miro de nuevo al broker listillo que me mira con cara de alucinado desde el punto de lectura. Y pienso en lo ingenuo que es el lenguaje de la izquierda clásica. O frívolo.

domingo, 10 de febrero de 2013

Un paso atrás, o adelante según se mire

"Haré un verso sobre absolutamente nada", escribía hace más de mil años Guillermo de Aquitania. A mí las columnas que más me gustan de Enrique García-Máiquez son las que, hablando de nada, lo dicen todo. El autor se puede pasar la mitad del artículo lamentándose de no tener tema de que hablar hasta que una charla con su mujer en el último párrafo, le da una idea: el matrimonio sirve para hablar, entre otras cosas, de que no tiene temas de que escribir. De ahí a la felicidad conyugal, un paso.
El truco está en la capacidad que tenga el columnista de sorprenderse con la rutina. Jon Lee Anderson decía: "Si algo se vuelve cotidiano, nos olvidamos de los detalles". Las mejores crónicas periodísticas no tratan de lo extraordinario que se vuelve ordinario (en todos los sentidos, por cierto), sino exactamente al revés: aquellas que hacen que la rutina se vuelva del color del diamante. A muchos les divierte Enrique García-Máiquez cuando se convierte en deslenguado azote de progres y corruptos. A mí también. Pero me gusta aún más cuando tiene que evocar una noche en blanco, elogiar al petirrojo o pasear con su niña en busca de limones. Por ahí, por ahí es por donde los ángeles escriben los artículos.

martes, 5 de febrero de 2013

Monstruosa presentación

Hoy, a las ocho de la tarde, presentación de Wikipedia (y otros monstruos), en la Librería del Centro. Por si estás en Madrid...