lunes, 4 de octubre de 2010

Ya no

La verdad es que internet hace mucho por la poesía. Lo que no sé es si lo que hace está bien o mal. Hay cantidad de páginas que son un homenaje a la cursilería más tremebunda. El otro día me topé con esta versión de un conocido poema de Idea Vilariño -Ya no- que ha sido copiada en multitud de páginas de la Red. Lo malo es que está totalmente destrozado por las ultracorrecciones en forma de comas, puntos, puntos suspensivos, etc. Esto es lo que uno se encuentra normalmente si lo busca en internet:

Ya no será...

Ya no será,
ya no viviremos juntos, no criaré a tu hijo
no coseré tu ropa, no te tendré de noche
no te besaré al irme, nunca sabrás quien fui
por qué me amaron otros.

No llegaré a saber por qué ni cómo, nunca
ni si era de verdad lo que dijiste que era,
ni quién fuiste, ni qué fui para ti
ni cómo hubiera sido vivir juntos,
querernos, esperarnos, estar.

Ya no soy más que yo para siempre y tú
Ya no serás para mí más que tú.
Ya no estás en un día futuro
no sabré dónde vives, con quién
ni si te acuerdas.

No me abrazarás nunca como esa noche, nunca.
No volveré a tocarte. No te veré morir.


Esta versión es un desastre, porque, tratando de enmendar la plana a Idea Vilariño, domestica la fuerza de su poesía. Así se cargan la dureza original de esos versos desolados que prescinden de puntos y comas porque entorpecen lo único que se quiere expresar: la frustración del amor a través de un monólogo doloroso y delirante. Aquí va lo que de verdad escribió Idea Vilariño:

Ya no será
ya no
no viviremos juntos
no criaré a tu hijo
no coseré tu ropa
no te tendré de noche
no te besaré al irme
nunca sabrás quién fui
porque me amaron otros.
No llegaré a saber
por qué ni cómo nunca
ni si era de verdad
lo que dijiste que era
ni quién fuiste
ni qué fui para ti
ni cómo hubiera sido
vivir juntos
querernos
esperarnos
estar.
Ya no soy más que yo
para siempre y tú
ya
no serás para mí
más que tú. Ya no estás
en un día futuro
no sabré dónde vives
con quién
ni si te acuerdas.
No me abrazarás nunca
como esa noche
nunca.
No volveré a tocarte.
No te veré morir.

5 comentarios:

  1. Los comentarios literarios no los puedo hacer yo. Lo que sí te puedo decir son cuatro cosas.

    Uno, que no importa si uno entiende o no de métrica o signos de puntuación. Precisamente si no entiende debe copiarlo exactamente como está. Si no alcanza a percibir la diferencia, algún día lo hará. Y ganará mucho más que copiándolo "a la manera en que lo siente".

    Es verdad que a veces las plataformas de escritura no son ágiles, pero no es excusa. Recuerdo mi esmero por copiar los versos de los poemas de Marechal que en la Obras Completas tienen sangría (¿es correcto decirlo así?). Tuve que inventarme unos guiones bajos en color blanco para que no se vean.

    Dos, que todo el mundo copia en Internet cualquier cosa sin respetar para nada los signos o símbolos. Ni hablar que los de exclamación e interrogación de apertura, ni se usan. Después está la manía de los puntos suspensivos en cualquier lado, y no tres, sino veinte. Después, dos o tres de cierre (de exclamación o interrogación). Saltos de línea ni hablar. Espacio entre líneas (simple, doble), menos que menos.

    Tres. Incorporo la humorística frase: "La verdad es que Internet hace mucho por la poesía. Lo que no sé es si lo que hace está bien o mal". Es muy graciosa.

    Cuatro. El poema es terrible, desgarrador.

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  2. Tienes toda la razón filológica de tu parte, Juan Ignacio. Si un escritor decide expresarse de tal o cual modo, hay que respetar su decisión, sea acertada o no (lo más probable es que lo sea, pero en todo caso hay que dejarle, aunque se estrelle. Sus palabras son suyas). Por cierto, yo mismo no doy buen ejemplo, porque a veces he copiado mal (eso sí, sin querer) algún verso ajeno y algún piadoso comentarista me lo ha hecho notar.
    Todo esto de las correcciones ajenas me hace recordar otros casos, anteriores a la era de internet. Así, en algunas ediciones del cuento "La biblioteca de Babel" de Borges, se habla de las celdas en donde viven los bibliotecarios y se dice que todas disponen de un cuartito "para las necesidades finales". En realidad, Borges había escrito "necesidades fecales", pero al corrector de estilo le debió de parecer inverosímil o muy ordinario, qué sé yo, el chiste y le cambió las tres primeras letras. El resultado es ininteligible, porque , ¿qué cuernos son las necesidades finales? En fin, que a los escritores no hay que enmendarles la plana.
    Y sí, coincido contigo: el poema es desgarrador, y eso es lo que me gusta de él.

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  3. A mi me ha servido de experimento. He leído los dos poemas en voz alta.
    El poema de Idea Valeriño es como tú bien dices, delirante y la estructura de sus versos cortados lo acrecenta.
    El otro pierde fuerza. Por eso es tan importante la forma como el contenido.

    saludos.

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  4. Gracias por traerlo, es muy buen ejercicio. Me ha gustado, a pesar del desgarro, el poema de Valeriño. Me ha recordado un poco el tono de Amalia Bautista. Lo de las transcripciones en internet es todo un tema, creo que es Miguel D'Ors el que no soporta que suban sus poemas a la red precisamente por eso: los reescriben con su nombre.

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  5. Gracias a las dos, Lola y AnaCó. Y, perdonadme, por favor: pero el nombre es Idea Vilariño, no Valeriño: una muestra más de lo difícil que es copiar en internet. A todo esto, recuerdo que en un curso de doctorado sobre metodología de investigación, mucho antes de la era de internet, don Fernando González Ollé decía que, en investigación, toda cita literal de un texto había que revisarla tres veces porque casi siempre estaba mal copiada...

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