viernes, 8 de marzo de 2013

L'illusion comique


-No quiero morir, por favor, no me dejen morir.
 Por su tremenda verdad, las últimas palabras de Chávez son las únicas suyas que conocemos en donde el personaje no ahogó a la persona. Sorprenden por su desnuda sinceridad en un individuo habituado al gesto y el exabrupto. Farsa, melodrama o culebrón, toda su vida ha sido una gran actuación de éxito espectacular. Sin embargo, en el último momento, cuando Chávez se asomó al infinito, musitó unas palabras  que coinciden con el íntimo anhelo de supervivencia que todo ser humano tiene. Nada de bolivarismos por una vez: sólo el miedo a la muerte.
Pero esta verdad tal vez sólo haya durado unos minutos. Me cuentan que el ataúd paseado ayer por Caracas para devoción de chavistas estaba vacío. El cadáver embalsamado volaba desde Cuba con retraso y llegó a la noche. Si esto fue así, no sería más que otro acto teatral de un hombre que, aunque renunció a la comedia en los últimos momentos, siguió siendo prisionero de ella después de la muerte. A partir de ahora, el mito deberá continuar.

2 comentarios:

  1. "¡El horror! ¡El horror!" parece resonar en esas últimas palabras.

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    1. Sería literario hasta el final el amigo Chávez, ¿no? Pero no, tienes toda la razón. Es eso de "el horror" lo que parece haber visto...

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