viernes, 3 de mayo de 2013

Mi edición del Adán (con una nota sobre el demonio y otros malos aires)

"Templada y riente,  (como lo son las del otoño en la muy graciosa ciudad de Buenos Aires) resplandecía la mañana de aquel veintiocho de abril..." Así comienza Adán Buenosayres, la gran novela de Leopoldo Marechal. Y justo este veintiocho de abril ha salido la edición del Adán, preparada por mí, en Buenos Aires. No creo en las coincidencias astrales pero, qué cosas, acabo de reparar en que cumplo los mismos años de edad que tuvo mi admirado Marechal al publicar su obra maestra en 1948. Cada uno, en su sitio, me digo. Unos crean y otros ponemos notas al pie.
Por lo demás, hacer esta edición crítica (publicada con enorme seriedad por la editorial Corregidor), ha supuesto un trabajo paciente y precioso. Tener en las manos el manuscrito original es una experiencia fantástica para quien ama una obra literaria, un tesoro que, por cierto, hemos perdido con la era digital. Quizás hay algo de voyeurismo en imaginar la obra en progreso, que parece que se va haciendo por primera vez mientras se repasa la caligrafía original del autor. Examinar la letra, las anotaciones al margen que nunca se leyeron, las vacilaciones, las correcciones y las variantes. Hay algunas tan bonitas como la siguiente...






Por ejemplo, todos los lectores del Adán recordarán el desconcertante final de la novela, en la que el protagonista desciende al último círculo del infierno humorístico y se encuentra con un bicho gelatinoso y feísimo metido en un agujero. Entonces le pregunta a su guía, el astrólogo Schultze y éste le contesta así:
 - Es el Paleogogo.
"Paleogogo" significa en griego "Primer conductor". Sin embargo, en el manuscrito Marechal le hacía dar a Schultze más explicaciones. Decía: “ Es el Paleogogo, o la Serpiente Antigua, o cualquiera de los muchos nombres que le han dado y le darán”. Esta frase suprimida en la versión final, prueba que Marechal pensó inicialmente el Paleogogo como una encarnación del Mal semejante al Demonio cristiano. Si recurrimos a un libro que Marechal manejó con frecuencia, el Apocalipsis de San Juan,  encontramos una cita muy clara: “Prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el Diablo y Satanás, y lo ató por mil años” (Ap., 19,2). Puede entenderse, pues, que, antes de la caída, el hombre no necesitaba un conductor, porque vivía en armonía con el universo y no requería quien le indicase qué hacer. El demonio, al invitar a comer el fruto prohibido que provoca la caída, es el primero que da una orientación al hombre y es, por tanto, el Paleogogo.
Todo esto prueba que Marechal pensó originariamente en identificar al Paleogogo con el diablo. Pienso que, si al final renunció a citar a Satán directamente y quitó la referencia a la Serpiente Antigua, no lo hizo porque quisiera eliminar su relación (fácilmente reconocible para cualquier conocedor de la Divina Comedia), sino porque quiso dejar el pasaje abierto a una pluralidad de interpretaciones no excluyentes. Dicho con otras palabras: Adán Buenosayres es una novela moderna por muy clásico que sea su mensaje.

 Esta última lectura, me parece, puede conciliarse con otras que se aten a la tradición literaria sobre la que se construye el monstruo. Y esta no es otra que la Divina Comedia. Dante imaginó un Satán más patético y repulsivo que terrorífico. “Pretendía concretamente que Lucifer fuese vacío, tonto y despreciable, un contraste fútil con la energía de Dios. “Dante veía el mal como negación […]. La ausencia formal del diablo en grandes extensiones de la Comedia y en el infierno mismo indica la coincidencia de Dante con la teología escolástica a la hora de limitar el papel del diablo” (Burton Russell 1995, 254). El amorfo Paleogogo es semejante: patético, estúpido e inmóvil, tiene algún parecido con el Satán dantesco. Recordemos esas palabras finales con las que se califica al monstruo marechaliano: “Solemne como pedo de inglés”. La asociación del diablo con todo lo referido a lo anal, y en particular a las ventosidades, es un tópico de las representaciones iconográficas y literarias tradicionales. Los chistes escatológicos con los aires luciferinos tienen numerosos correlatos en la cultura cristiana medieval. Así, en el morality play del siglo XIV, The Fall of Lucifer, el diablo acaba derrotado en desigual batalla por la cohorte angélica, y grita:
- Ahora me voy al infierno a ser arrojado al tormento infinito. Por miedo al fuego me tiro un pedo (Citado por Burton Russell 1995, 286).


[1] Ejemplos similares en Burton Russell 1995, 294, 302, etc.
 

8 comentarios:

  1. ¡Felicidades, Javier! Esta edición es una noticia de primer orden. Habrá que hacerse con un ejemplar cuanto antes. Y a falta de Marechal, le pediremos al editor (de tan misteriosas coincidencias), que nos lo dedique. A ser posible, con fecha 28 de abril.

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  2. Un comentario puramente lingüístico. Se lee en la entrada "no me resisto a dejar de citarlas aquí". Es un tipo de frase que he leído otras veces. A mí me parece un cruce entre "no me resisto a citarlas aquí" y "no quiero dejar de citarlas aquí". En la forma en que figura en la entrada, entiendo que significaría lo contrario de lo que se pretende. Si "no me resisto" a hacer algo, es que lo hago, o lo voy a hacer. Si "no me resisto a dejar de citarlas" es, por tanto, que voy a hacer exactamente eso: dejar de citarlas, y por tanto no figurarán aquí.

    En fin, perdón por la pedantería, y felicidades por esa edición. Tiene una pinta de lo más atractiva.

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  3. Enhorabuena Javier! Felicidades, de verdad. Qué bonito trabajo. Este miércoles se presenta en La Feria del Libro, con María Rosa Lojo. Estás acá?
    Un abrazo enorme.

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    1. Gracias, Melusina, tanto tiempo... Sí, se presenta en Bs As, pero desgraciadamente no estaré. Tantas veces que he viajado allá, y esta vez no puede ser. Qué pena. Un abrazo grande.

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    2. Espero poder ir. Si es así, prometo crónica rauda. Besos!

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  4. ¡Muy interesante!
    Y... ¡Felicidades!

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  5. Hago pública mi alegría y felicitaciones por tu trabajo.

    Anhelo poder seguir ubicando mas material de mi padre. Estoy segura que, aparte de lo recuperado el 30.9.2008, hay cuadernillos y dibujos cajoneados en algunos escritorios.

    ¡Ya aparecerán! y podremos darlos a conocer. Muy cordialmente, mam

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