domingo, 8 de septiembre de 2013

Foto de familia

Desde atrás me llamaron mi madre y mis hermanas.
-Claudia, ven, que nos vamos a hacer una foto todas juntas.
Me volví y allí estaban, haciéndome señas delante de los árboles. Se las distinguía muy bien a pesar de la distancia y de que la tarde estaba cayendo.
-Ahora no, por favor, dejadme un rato más.
Pero ellas siguieron llamándome. En la fiesta cada vez quedaba menos gente y alrededor los camareros estaban recogiendo sombrillas y retirando los cubiertos. Me dí cuenta de que mis amigos ya no estaban. Pronto hasta mis últimos seres queridos me iban a dejar sola. No todo el mundo llega a los 98 años.
-Claudia, Claudia, ya es suficiente. Vamos a la foto.
A mí las fotos como que me traen recuerdos de muertos. ¿Para qué hacérsela entonces? ¿Y con mi madre y mis hermanas? Qué pesadas.
-Venga, hija, que sólo faltas tú.
Me sentía cada vez más cansada y sola. Y la fiesta algún día se iba a terminar del todo.Y la voz de mi familia que me llamaba para reunirme con ellas. Allí, al otro lado del río. Así que, por fin, dije:
-Voy.

6 comentarios:

  1. ¡¡¡Es fantástico!!! Gracias, Javier.

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    1. Gracias, Adaldrida. Por cierto, cómo me he reído (y me he sentido identificado) con las conversaciones paterno filiales por las calles de Logroño

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  2. Me encanta. Ahora, ¿no crees que, teniendo en cuenta que sabemos que la narradora-protagonista tiene 98 años, sobra lo de "Y lo más raro es que ellas se habían ido hacía muchísimo tiempo"? Digo, que a lo mejor lo de pensar qué raro (por la madre) es mejor que lo piense el lector solo...

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    1. Apunte de buen lector. Sí, tienes razón, quizá he sido demasiado explícito pero me preocupaba que no se entendiera. Muchísimas gracias: te haré caso cuando lo meta en formato de libro. Un abrazo.

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  3. Hola Javier:

    Mucho tiempo sin entrar en los blogs. Te saludo desde aqui.

    El cuento me ha gustado, aunque a mitad de la lectura ya intuía que sería la familia que estaba en el otro barrio que la llamaba.

    Un abrazo grande

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  4. Pues bienvenida, Lola... y como ya hay dos lectores inteligentes que me sugieren que es demasiado explícito, quito alguna frase. Muchísimas gracias y un abrazo

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