jueves, 23 de julio de 2009

Scherezade

Scherezade cuenta unas historias aburridísimas, llenas de descripciones interminables y análisis psicológicos inacabables. El sultán, que padece insomnio desde hace años, se duerme a los cinco minutos de escuchar el primero de sus relatos. Cuando se despierta la mañana siguiente, se encuentra tan bien que, agradecido, le perdona la vida a condición de que le siga contando cuentos. Después de mil noches reparadoras, se siente curado de su crónica falta de sueño. Y está tan entusiasmado que le hace entonces a la muchacha que ella no puede rechazar.
En la noche de bodas, el sultán espera impaciente en el lecho a su esposa. Scherezade, que se ha casado sin estar enamorada, sale del baño y, sentándose al lado de su marido, le empieza a contar una de sus historias.

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