domingo, 18 de julio de 2010

Madrugada



El verano trae siempre un silencio diferente a la madrugada. Hace años, en el sur, recuerdo cómo resonaba el mar, ajeno por unas horas al estrépito de la gente. Aquí, en esta esquina del norte de Europa, la noche es más breve, apenas unas horas hasta las cinco. Mientras dura este suspiro nocturno, se siente otro silencio, distinto al de esta ciudad habitualmente poco ruidosa. Me levanto temprano por culpa del insomnio. Todavía en la penumbra, veo el silencio en los árboles de parques y jardines, en el verdín mezclado con el agua del estanque, o en las luces de unas bicicletas que flotan en la penumbra, cálida y mágica al mismo tiempo.

6 comentarios:

  1. Fantástico. Qué difícil es escuchar esas cosas y supongo que también lo es escribirlo y que quede clarito. El mar parecía descansar de la gente, es como si sonase distinto porque le dejaban en paz. Me ha encantado esta entrada.

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  2. No tengo el gusto de conocerte pero viajo a tu lado con tus palabras. Como un lienzo pintado con palabras, tus cuadros me llevan a paisajes para los que no saqué el billete de tren ni reserva de albergue. Las madrugadas en Sevilla se tornan un antojo de dama de noche bañada con sirope de calima, agua de Betis y júbilo de velada. Cuando te leo recuerdo la canción "Juan y Jose" de J.M. Serrat, las cartas de uno invitaban a concocer el nuevo mundo desde la estufa del viejo café. Un saludo y feliz verano.

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  3. Me lo imagino muy fácilmente, y eso que ahora estamos en las antípodas climáticas...

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  4. Llego tarde, tarde, después de una jornada de domingo un poco agotador. Perdón, pues, por agradeceros tan tarde vuestros comentarios, que son muy alentadores para mí, aunque sea a estas horas. Gracias, Juan ignacio y Mauricio; y también, a ti, J. Portillo, aunque ahora ya nos conocemos vía internet.

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  5. Perdón por sonar tan pedestre entre tanta poesía pero ¿puedes hacer algo con ese insomnio? Cierto que velar mientras otros duermen depara experiencias inigualables, pero ese cansancio que se va acumulando... no querríamos perder a uno de nuestros bloggers preferidos.

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  6. El insomnio tiene poco arreglo, me parece. Es endémico y regalado por mis queridos hijos cuando eran pequeños. Pero a él le debo muchas lecturas y ratos agradables para escribir. Así que le tengo cierto cariño, aunque no debiera.

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