jueves, 1 de julio de 2010

Bolsillo azul y silencio en el bosque

Cuando definitivamente regrese de Alemania, echaré en falta un puñado de cosas. Una de ellas es el paseo de la facultad a la residencia, ida y vuelta. Siete minutos silenciosos a cualquier hora del día entre árboles inmensos. Al fondo, un campanario gótico y a mi vera, un canal verde y azul, donde he podido ver cómo crece una familia de patos -la pata y sus cinco patitos- que me recuerda a la mía, la que dejé en Pamplona.
Alguna vez escuché decir a alguien que la poesía valiosa es aquella que nunca habla de las circunstancias biográficas del poeta. Qué bobada. Precisamente gracias a las anécdotas del poeta podemos entender mejor nuestra propia experiencia. Por eso, ahora que leo el último libro de Rocío Arana, Mirar el fuego, de pronto siento y "veo" mejor los lugares que pronto abandonaré. Le tomo prestada este poema, el que más me ha gustado de su libro:


EL BOLSILLO AZUL


Una tarde salimos a buscar
ardillas en un bosque de Alemania.
Los patos en el lago sobre el verde
y el rojo de las casas bailaban en silencio, se mecían
dulcemente los patos en mis ojos de niña de seis años,
y ahora que los veo danzar en mi memoria,
recobro aquel silencio de castillos
verdes en Alemania.
Me dijiste
que las ardillas viven en los árboles,
detrás de cada árbol se agazapan
y corren entre árboles con gestos
de ardillas cuidadosas.
Por eso es tan difícil encontrarlas,
y por eso gasté tantas tardes buscando
ardillas en lugares tan remotos
como el bolsillo azul de tu chaqueta.

3 comentarios:

  1. ¡Qué bonito paseo, qué envidia!
    Un abrazo,

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  2. "Silenciosos a cualquier hora".
    (Suspiro)
    Muy lindo poema.

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  3. Gracias a los dos. Como padre de familia en ejercicio, me gusta especialmente el silencio.

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