jueves, 8 de julio de 2010

Modos de ganar y modales sobre cómo perder

De camino al bar, me encontré con el letrero de una cervecería en el que se anunciaba una pinta gratis a todos los parroquianos por cada gol que metiera Alemania. Seguí caminando por la ciudad desierta y, al llegar a mi destino, me costó encontrar a mi grupo, tapado al fondo entre la multitud de alemanes con sus pinturas de guerra. Éramos cuatro españoles, un argentino con ganas de venganza y un alemán hispanófilo que sonreía de oreja a oreja con su camiseta de la selección española.
La crónica del partido nos la sabemos de memoria. Sólo quiero reivindicar el comportamiento de los alemanes: no es tan fácil aceptar la derrota como lo han hecho. A la salida, un grupito de españolas se dedicaba a torear con la bandera a cuanto alemán pasaba en bici por el carril reservado para ellos. Entre las muchas víctimas algunos sonreían deportivamente, otras contenían las lágrimas y sólo uno amagó con un puñetazo que terminó en el vaso de cerveza de uno de sus propios compatriotas. "Admiro el modo de perder de esta gente", me decía el argentino, "en Buenos Aires los hubiéramos matado a cuchilladas". Y en España, creo yo. Pero ellos no: ellos siguieron tristes, pero ejemplares.
A la vuelta recogí del suelo una banderita abandonada por el enemigo, como trofeo para mis hijos. El dueño de la cervecería había tachado el cartel.

10 comentarios:

  1. Aunque no creo, ni espero, que "en B. A. los hubieran matado a cuchilladas", es ciertamente admirable ese saber perder, cosa desde luego nada fácil. Bien por los alemanes, pues.

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  2. Admiro su buena educación porque aborrezco nuestra mala educación. Ellos son tranquilos, nosotros histriónicos; ellos hablan, nosotros gritamos; ellos beben, nosotros nos emborrachamos; ellos trabajan, nosotros nos escaqueamos... En los hoteles alemanes los carteles están puestos en alemán, inglés y a veces francés. Yo me he encontrado uno escrito sólo en español que decía algo así como "Las toallas no son un recuerdo del hotel. Déjelas para que otros clientes las usen. Gracias". ¡Sólo en español! Y para colmo nos tienen mucho cariño.

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  3. Notable.

    (¿El dueño del bar, con su generosa oferta, se preparó a su vez para la posible derrota? O sea, cuando la tristeza lo invadiera, sabría que por lo menos ahorraría todas esas pintas gratis. Hmm, no, no creo, creo que hubiera preferido regalarlas, sin lugar a duda).

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  4. He de rectificar a "Mauricio". ¿De veras cree que "Ellos son tranquilos, nosotros histriónicos; ellos hablan, nosotros gritamos; ellos beben, nosotros nos emborrachamos..."? Entonces es que no ha visto a los alemanes trasegando auténticos mares de cerveza, y sufriendo (y haciendo sufrir a los demás) los efectos de semejante dieta. Pues hay sitios aquí mismo en España donde puede verlo cuando quiera. De veras se lo digo: mala educación, borracheras y grosería las hay en todas partes. Es artículo que, por desgracia, abunda.

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  5. Marinero, desgraciadamente no conozco de primera mano cómo son los alemanes en Mallorca, pero no me han hablado tan mal de ellos como de los ingleses o franceses. Por cómo lo expones, tampoco me parece que tú hables por experiencia propia. No creo que debamos juzgarnos por cómo somos fuera de nuestras fronteras porque creo que saldríamos perdiendo todos ya que, como tú dices, las malas maneras "las hay en todas partes". Sí, sé que son tranquilos, educados, cuidan el volumen y las formas. Conducen mejor, ahorran luz en las calles y en las casas, reciclan más que nadie, todo está limpio, son simpáticos (no graciosillos), son puntuales... sólo quería destacar lo que admiro de ellos. No digo que sean mejores, sino que me gustan por esos aspectos que aborrezco de los españoles. Sé que no es momento de autocríticas sino de éxtasis españolista. Pero incluso en el Mundial han demostrado tener una clase que, por desgracia, no abunda.

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  6. A mí me parece que siempre es buen momento para autocríticas, y éste quizá especialmente bueno. Pero eso no debe excluir la crítica que no es "auto". Yo sí he sido testigo de algunas burradas de procedencia germánica aquí en España. No creo, por eso, que los alemanes sean especialmente maleducados: burradas, repito, las hay en todas partes. Y, en efecto y hablando en general, la educación cívica en Alemania es desde luego más alta que en España. Con todo, "ellos" también pueden ser francamente "histriónicos" -y no sólo en el sentido en que "Mauricio" lo decía de los españoles; es adjetivo que conviene perfectamente a algunas "puestas en escena" del nazismo, por ejemplo-, y no sólo beber, sino emborracharse de veras; y doy fe.

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  7. Los alemanes son muy "correctos" salvo que tengas en mente a los Panzer o la Segunda Guerra Mundial, en ese caso tu perspectiva sobre ellos cambia mucho. Tienen un punto en común con Suiza, a propósito de la cual creo que era Scott Fitzgerald el que decía "debajo de la tranquila y bellísima superficie de sus hermosos y pacíficos lagos se ocultan todos los crímenes de Europa" o algo así. Pero efectivamente, en el partido y después se han portado -como suelen- como señores. Ironías aparte, el propietario del bar que hay debajo de mi oficina, Manolo, puso una bandera española en la barra y un cliente le llamó ¡facha! Me lo contó alucinado, el pobre Manolo. Le sugerí que pusiera una bandera holandesa... a ver qué pasaba. Ja, ja.
    Que conste que a mi me caen muy bien los alemanes y yo, cuando estuve en Alemania me parecieron siempre encantadores. Y no muy distintos a nosotros a pesar de las observaciones de Mauricio.
    O sea: ¡Están locos estos romanos! Y aun nos queda un partido: adelante la roja.

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  8. Vale Marinero, con todos mis respetos, creo que negar que los alemanes son más cívicos que los españoles porque se emborrachan en Mallorca es una tontería muy grande. Tan sólo estoy diciendo que tras mi experiencia en Alemania, admiro cómo son. Sin embargo, sigo sin entenderte, porque dices que "la educación cívica en Alemania es desde luego más alta que en España". ¿En qué se diferencia eso de lo primero que dije yo? En lugar de "educación cívica" hablo de ejemplos cotidianos. Y después sales con lo del nazismo. ¿Qué tiene que ver el nazismo con un partido de semifinales del Mundial 2010? A lo mejor te parece que en mis comentarios se esconde un discurso nacional socialista. ¿Es así? Como ya nos hemos ganado cierta confianza, te pido que no escribas mi nombre con comillas. Queda muy feo.

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  9. Lamento haber molestado a Mauricio -sin comillas. Procuraré disipar algunos malentendidos.
    1) Mi discrepancia con tu primer correo no es con la idea de fondo -la mayor madurez cívica de la sociedad alemana-, con la que coincido, sino con las afirmaciones tajantes sobre nuestro histrionismo e intolerancia al alcohol, comparad0s con los suyos. Hay borrachos e histriones tanto aquí como allá: con lo que no estoy de acuerdo es con la generalización. Yo mismo, español, soy abstemio.
    2) Naturalmente que ni se me había ocurrido la idea del "discurso nacional socialista" en tus comentarios, que me parecen enteramente civilizados y plausibles. Pero vuelvo a recordarte que tus primeras observaciones eran generales; no hablaban de un partido de semifinales, sino de españoles y alemanes; generalización abusiva, a mi parecer.
    3) "marinero" no es mi nombre; ni siquiera mi apellido, como quizá podría. Y es que la identificación en un correo electrónico es libre, y no tiene por qué coincidir con el nombre real de quien firma. Por eso mi costumbre de escribirla entre comillas (de hecho, conozco foros donde el apartado para inscribirla se identifica con la palabra "Alias"). No tienen, las comillas, otra intención ni más alcance, y desde luego pido perdón si te han disgustado: nada más lejos de mi propósito. Lo siento.

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