sábado, 29 de octubre de 2011

Brevísimo tratado sobre el humor

Conversando hace unos días con Enrique G-M, llegamos a la conclusión de que la gente que se toma todo en serio, es poco seria. O sea, gente de la que no te puedes fiar.
Igual que en la vida, el humor es necesario en la escritura, hasta como una forma de cortesía con el lector. Pero, además, está la cuestión no pequeña de que todo lo que hacemos los pobres seres humanos es de muy escasa importancia, visto con los ojos del tiempo, y no digamos ya con la mirada impresionante de la eternidad. Ahora, en este mismo instante, mis hijos pequeños se pelean hasta la muerte por una tontería ridícula. "¡¡¡Que abras la puerta, te digo!!!", aúlla uno;¡¡Abre tú la puerta, hiperactivo!!", le chilla el otro. Para ellos se trata del problema más importante del mundo, pero tú sabes (vamos a dejar la mitificación de la infancia para otro día) que todo se disolverá en dos minutos hasta la próxima pelea.
Decía Baudelaire que el humor es diabólico, porque supone que uno -el que ríe- se siente superior a otro, el objeto de la mofa. Pero no siempre es así. Visto desde la alturas, como yo escucho ahora los gritos de los niños en el piso de abajo, el humor también es angélico (Marechal dixit), porque se puede entender como la sonrisa que esbozan los ángeles ante las locuras de los hombres.
Además, mis hijos, de pronto, ya se han dejado de pelear.

6 comentarios:

  1. Pues me uno con gran sentimiento a esa idea inicial: la gente que se toma todo en serio, es poco seria.

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  2. Muchísimas gracias por reconocerme parte en ese estupendo aforismo, pero en honor a la verdad yo hice el papel de oyente y, a lo de Manuel Machado, del que dice 'ole' y aplaude. Claro que junto al humor hace falta la generosidad, para que la mezcla de ese humor angélico, y esto es una clase práctica.

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  3. Gracias a los dos... Ese aforismo mío es un poco chestertoniano, ¿no?, y se inspira también en algo que leí hace unos días de Andrés Neumann. Los mejores poemas míos no son míos, Enrique.
    Y es verdad que el humor no siempre es angélico, pero puede serlo. Cuando hay generosidad, cariño incluso hacia la persona de/con la que nos reímos, es un modo de vivir festivamente, sin malicia. Sólo las personas muy serias (aunque hagan chistes continuamente) no pueden entender esto.

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  4. La gente que se toma todo demasiado en serio es poco lista, también, porque no reconoce todo lo que apuntas en tu entrada: que lo que hacemos no es nada mirado desde otro ángulo, o simplemente desde la óptica de otra persona. Poco serios y pelín tontos, sin ofender.

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  5. En el sentido del humor hay siempre un fondo de comprensión hacia las limitaciones de la condición humana. El tipo dado a utopías suele carecer de sentido del humor a diferencia del conservador. Es curioso pero Chesterton, Wodehouse, Waugh, Jardiel, Tono, Neville...eran, podría decirse, conservadores.

    Mis saludos señor de Navascués. Le leo aunque no sea muy dado a los comentarios.

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  6. Gracias, amigo historiador: yo también paso por su blog en silencio, pero lo disfruto muhcho.

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