viernes, 21 de octubre de 2011

Fin de Eta y ¿comienzo de qué?

20 de octubre (día del fin de Eta) y 20 de noviembre (día de las elecciones): qué curiosa simetría. Eta ha empezado a pensar políticamente ahora que ya no la dejan pensar como asesina.

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Hace tres días, hablando con M. sobre la conferencia de San Sebastián, se me ocurrió decirle que el comunicado de Eta estaba muy cerca. No tiene mérito alardear de profeta: por desgracia, basta con seguir lo que ha ido diciendo Jaime Mayor Oreja en los últimos años. El comunicado de ayer no es más que el eslabón de una cadena en la que, si miramos para atrás, está el anuncio de la última tregua, la legalización de Bildu, la llegada a las instituciones de esta misma formación, la conferencia de San Sebastián, etc. Claro está que todavía quedan otros eslabones por cerrarse en ese proceso: el aterrizaje en el gobierno vasco tras las elecciones autonómicas. Y se me ocurre que todavía se pueden seguir haciendo profecías. Por ejemplo, no todos los etarras aceptarán vestirse de políticos burgueses, como están haciendo los de Bildu, que se ponen corbata cuando ya ha se pasado de moda. En realidad, una escisión es inevitable de los radicales entre los radicales.

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Me pregunto cómo llevará todo este tinglado el futuro gobierno del PP. Y cómo afectará un hipotético gobierno de Bildu en Vitoria a la imagen de desestabilización política que puede sufrir España. Algo nada bonito para afrontar esta crisis económica que no cesa, una crisis que depende tanto de unos mercados internacionales tan atentos a las malas noticias, sean las que sean. Los rifirrafes politicos internos también contribuyen a que los países pierdan esas esotéricas notas que ponen las agencias de calificación. Basta pensar en Bélgica, que es la siguiente pieza del dominó detrás de españoles e italianos.

3 comentarios:

  1. Pues ya ves, Javier, el morlaco del PP Rajao y manseando en tablas.
    Pues, definitivamente, lo va a votar su p...padre.
    Menuda farsa: sin disolución, sin arrepentimiento, sin pedir perdón a las víctimas y sin entrega de armas.

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