Primer acto: Año 2006. Una ejecutiva de cierta caja de ahorros me dice lo siguiente:
-Antes de verano estuvimos pensando implantar un producto que permitía sacar a crédito 3000 euros a través de los cajeros automáticos. Lo discutimos, porque no estaba claro si iba a funcionar. Pero, al final, uno de nosotros sacó un listado de los clientes que ya se habían comprometido con préstamos parecidos en otras financieras. Salía una barbaridad de gente. Así que en setiembre lo pondremos en marcha.
"Nos vamos al tacho", pienso.
Segundo Acto. Año 2011. Un regocijado director del Banco de España da una rueda de prensa dando los resultados del test de estrés a nuestra banca. Para mayor objetividad, el examenlo han hecho desde fuera y lo ha encargado la mismísima Comisión Europea. Los resultados de los bancos españoles, salvo alguna excepción, son estupendos.
-El sistema financiero español es sólido. No necesita más capital.
"No entiendo nada", pienso.
Tercer Acto: Año 2012, hace unas semanas. Bankia. La entidad que el año anterior decía que había obtenido tres mil millones de beneficios, ahora necesita 10.000, 19.000, 23.000 millones de euros. Mil millones arriba o abajo, qué más da. Su ex jefazo, Rodrigo Rato, dice:
-Con esta inyección de dinero la entidad verá en el futuro muy reforzada su política de expansión.
"¿Pero no quedamos en que era para sobrevivir?", pienso.
Cuarto Acto: Ayer. La UE promete 100.000 millones como fondo de rescate a la banca española. El ministro de Economía no se cae del guindo:
-Es un préstamo muy favorable.
Y sigue diciendo que no va a afectar a los españoles, porque es a la banca, y no al Estado a quien hay que ayudar. Y en esto se diferencia de lo que sucedió con Portugal, Grecia, e Irlanda, lo cual es de momento cierto.
Pero ya veremos si nos va a afectar, ya lo veremos como los bancos no se saneen y tengamos que devolver lo que ellos no saben gestionar, o invierten en políticas de refuerzo, como les llama Rato...
Quinto y último Acto. Los dramas clásicos tenían cinco actos. Este está por escribir, pero el lector puede elegir el género: tragedia, comedia o farsa.
PD: De momento, a mí el único acto que me parece que tiene números reales es el primero: el número de morosos que encontraron los de la Caja de Ahorros.
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