Llevo muchos años haciendo reseñas. Desde que empecé, he tenido que leer libros extraordinarios, buenos, regulares, malos y pésimos. No me quejo. Creo que se aprende mucho leyendo a los malos autores y, si en la enseñanza de la literatura, de vez en cuando se comparasen poemas facilones con otros realmente buenos, la gente no andaría creyéndose que Antonio Gala o Sabina son un par de genios de las letras. Hace unos días cayó en mis manos la novela de una escritora de culto, muy aclamada en su país, Chile en este caso. Su lectura superó todas mis expectativas (para mal) y dudé si escribirla o no. Al final, me decidí a hacerla cuando esta mañana le di a leer un
párrafo a una ex alumna a la que tengo por muy buena lectora, y ésta se echó a
reír.
-¿Por que te ríes?, le pregunté.
-Por que no entiendo nada.
El parrafito es el que viene más abajo y, para los no iniciados, les traduzco que habla una luchadora de izquierdas que se siente tentada por la visión de un vestido elegante en un escaparate. Esto la hace sumamente infeliz y sufre porque no sabe si seguir llevando encima la cochambre de siempre o si debe ceder a la sugestión capitalista... Bueno, ahí va :
Luché por sacarme los pantalones desorbitados, la blusa amorfa,
quemarlos, aniquilarlos en la potencia devastadora de una hoguera y
acudir ciega o virginalmente hacia el vestido para renacer o resurgir o
evitar un destino marcado por el exceso total de cuerpo, por la ausencia
de contornos, un cuerpo que había experimentado la historia desnuda o
real, una historia que en toda la extensión de su tiempo
inconmensurable, hubo de volcarse siempre a aniquilar. Lo asumimos,
tomamos la dirección inamovible de una parquedad realmente militante,
austera, los dos, tu austeridad, mi austeridad.
Y así, durante 212 páginas.
No me extraña la reacción de tu alumna, ¡después de las dos primeras líneas no me he enterao de ná!
ResponderEliminarLa autora, Diamela Eltit, es una escritora muy considerada en Chile, lo que a uno le hace pensar en cómo se fabrican los mitos literarios (no en aquel país, sino en cualquier otro lado).
Eliminar¡Por favor que pesadez!
ResponderEliminarUn poco peñazo, sí... ¿no hay autores chilenos mejores? Siempre pensé que, aunque desconocidos para nosotros, por aquellos andurriales hay genios ocultos. No te canses de reseñar, a los demás nos facilitas mucho la vida!
ResponderEliminarPor supuesto, hay muchísimo en Chile...
EliminarLo que pasa es que esa ex alumna es una excelente lectora con muy buen tino: hay demasiada pretensión en este pedazo de párrafo. No me tienta nada. Podría haber dicho lo mismo -que por otro lado es una idea interesante, aunque ya la retrató mejor Doris Lessing, y de otra manera, en La buena terrorista-con menos palabras, con un uso más limpio del español.
ResponderEliminarSigo sin poder hacer comentarios: no sé qué cosas del captcha no me deja avanzar. Haber si hoy tengo suerte.