viernes, 21 de septiembre de 2012
Perú: Fragmentos de viaje
En la Universidad de Piura, un milagro en medio del desierto. Por ejemplo, el campus, que está hecho encima de unos arenales y con algarrobos. Lo más curioso es la fauna, rarísima para alguien habituado a los aburridos campus europeos: pavos reales, pájaros de todos los colores y nombres (chilalos, soñas, calandrias de rabo largo...), pacazos, zorritos, venados... Los pacazos, que vienen a ser una versión local de las iguanas, son inofensivos y los ves pasearse a dos metros de ti, como al resto de los animales, con la excepción de los zorritos, que son más tímidos. El único problema de los pacazos es que a veces se suben a las ramas en busca de pajaritos y, de pronto, la rama cede, y el bicho se desploma con el peligro de que te caiga en la cabeza. Pero esto es infrecuente, aunque eso sí, según mi informante, el ruido que hacen al dar con la panza en el suelo es impresionante.
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Este mediodía, almuerzo espectacular, no sólo por la calidad de lo que comimos, sino por la imaginación literaria de quienes redactaron el menú. Copio esta explicación del plato conocido como "Nuevo piqueo marino":
"Conchas jumbo al grill glaseadas con miel de mantequilla al limón y toques de shoyu, tartare de atún a la mayonesa de rocoto y togarashi en cucurucho, causas crocantes rellenas de palta y coronadas de pulpito al carbón olivado y tiradito en sabores de maracuyá con toques nikkei. "
Precio: 40 soles (unos 15 euros)
(P.D.: Uno, con la edad, se vuelve materialista. En los días previos al viaje a Perú, no pensé en las librerías, iglesias o museos que iba a visitar. Sólo pensaba en la comida. En que me iba a poner morado, como así fue.)
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Aquella conversación con esa mujer, economista de formación. Me pregunta sobre la crisis en España, de la que parecía saber algo más que la media. Y, tras un rato, me asegura¨convencida: "Ustedes terminarán saliendo". Ante mi escepticismo, me suelta: " Yo rezo todos los días por España.". Me emocioné, lo que tiene su mérito, con lo poco que me suelo emocionar.
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Chilalos, chilalos... con "a". (Sobre la dieta de los pacazos no me atrevo a afirmar nada; tal vez sean omnívoros, pero yo, cuando los he visto comer, les he visto mordisquear hojas...)
ResponderEliminarJa, ja... gracias mil!. Corregido , Manuel, pero que conste que yo quise decir chilalos. No sé en qué estaba pensando el teclado.
EliminarEn el hombre del millón de euros, supongo.
EliminarSaludos
Millón de dólares, N... el millón de euros cualquier día no vale ná.
EliminarYo también me he emocionado.
ResponderEliminarEs que, como no sea rezando, a uno no se le ocurre como salir de ésta.
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