domingo, 17 de mayo de 2009

Albéniz






Seguimos con las conmemoraciones. Este año toca el centenario de la muerte de Isaac Albéniz (1860-1909). Albéniz es a la música lo que Sorolla a la pintura: los dos descubren una España tradicional y rebosante de vida.

No oigo hablar mucho de Albéniz, quién sabe si porque el pobre nació en Gerona y se le ocurrió dedicarle piezas a Navarra, Cádiz o Asturias (por no hablar de la suite Iberia), o si se debe a que en España la música clásica nos importa un pimiento. Quizá sean las dos cosas.
Y eso que, además de gran músico, Albéniz era un tipo extravagante y divertídisimo. Cuando tiene 25 años, cuenta en su diario que ha viajado a Budapest para conocer al mítico Franz Liszt con una carta de recomendación del rey de España: "Me acogió de la manera más amable. Le gusté mucho, según parece, de modo especial cuando, sobre un tema húngaro que él me dio, improvisé una danza. Me pidió noticias de España, de mis padres, acerca de mis ideas religiosas y, en fin, sobre la música, en general. Le contesté con franqueza lo que pensaba acerca de todo y me pareció que le encantaba". Todo esto estaría muy bien, si no supiéramos hoy en día... ¡que Albéniz jamás estuvo en Budapest! Se lo inventó todo para que alguien leyera en el futuro su diario y creyera que había conocido al gran Liszt. Qué gran bloguero hubiera sido Albéniz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario