Blog literario de Javier de Navascués
El rayo de luz se filtró por las persianas e iluminó la pared en penumbra.
-Mira, ¡un ángel!, dijo el niño desde la cama.
La madre abrió la puerta y, sí, vio un ángel en la habitación.
Oh. Maravilloso de principio a fin.
Gracias, Enrique. Como te imaginarás, esta sacado de la vida cotidiana...
Muy bonito relato, Javier. Yo también lo vivo cotidianamente, pero no llego a acostumbrarme, siempre me sorprenden.
José Miguel, ¿Qué re voy a decir a ti, compañero?
Bello e infantil, pero real para nosostros Javier. Muy real.
Creo que el niño vio su deseo hecho realidad cuando su madre entró en la habitación.
Eso que dices a lo mejor también es casi un microcuento, Álvaro.
Oh. Maravilloso de principio a fin.
ResponderEliminarGracias, Enrique. Como te imaginarás, esta sacado de la vida cotidiana...
ResponderEliminarMuy bonito relato, Javier. Yo también lo vivo cotidianamente, pero no llego a acostumbrarme, siempre me sorprenden.
ResponderEliminarJosé Miguel, ¿Qué re voy a decir a ti, compañero?
ResponderEliminarBello e infantil, pero real para nosostros Javier. Muy real.
ResponderEliminarCreo que el niño vio su deseo hecho realidad cuando su madre entró en la habitación.
ResponderEliminarEso que dices a lo mejor también es casi un microcuento, Álvaro.
ResponderEliminar