Se va sintiendo que llega el verano, no sólo por el calor, sino porque hoy sábado abren la piscina del club. La piscina de Zuasti me está prohibida, porque tengo alergia al frío, pero mis hijos irán como salvajes a estrenarla. Mientras tanto, aprovecharé para llevarme algún libro bien gordo para la hamaca y, de vez en cuando, levantaré la vista, no para vigilar a los churumbeles (allá ellos si practican el canibalismo), sino para mirar qué leen mis vecinos.
Esto de cotillear lecturas ajenas es un vicio profesional. Normalmente uno se lleva chascos, porque termina leyendo en las portadas los nombres infames de algún best-seller. Pero ya debería estar acostumbrado. Cuando uno era joven y bajaba a ciertas playas gaditanas, también se llevaba libros, que es una mala manera de ligar. Por aquel entonces andaba yo más solo que la una y siempre tenía la esperanza de encontrar alguna bella lectora por aquellos parajes. Pero no. Había mucha niña mona, pero ninguna lectora. Más tarde conocí en algún lugar de Pamplona a una chica muy guapa, me enamoré, nos hicimos novios, nos peleamos unas cuantas veces y nos terminamos casando. Durante el viaje de novios, en una playa brasileña, me dí cuenta de que la chica que había buscado sin suerte en mis tardes sureñas estaba leyendo un libro en la misma toalla que yo.
Pero ya estamos desvariando. Uno, a lo que iba, era a recomendar libros para el verano, libros bien gruesos, de esos que duran varias tardes sin hacer nada. Ahí van tres o cuatro:
1-Aquí comienza nuestra historia. Libro de relatos casi completos de un escritor norteamericano extraordinario, Tobias Wolff. Para los que les guste Capote, Cheever, O, Connor (aquí, un saludo compostelano), Carver, etc. Me parece de lo mejor que he leído en este línea. Casi con la misma profundidad de O, Connor, pero menos grotesco y más seco.
2-El faro de P.D. James. Una novela policíaca clásica, escrita por una autora que ha leído muy bien a los clásicos ingleses, desde Austen a James. Maravillosas dotes de observación y retrato muy bueno del mundo neopagano de la Inglaterra actual.
3- Posesión de Antonia S. Byatt. La autora es otra vieja inglesa más lista que el hambre. En este caso, una trama muy sofisticada -posmoderna al cien por cien-, pero entretenida y brillantísima. Se ríe de los críticos literarios, gente bastante ridícula si se nos trata un poco.
4-Los cazadores de letras de Ana María Shúa. Cinco libros de microrrelatos en uno de la autora más ingeniosa y divertida que conozco. Larguísimas brevedades.
5- Middlemarch de George Eliot. Decía Virginia Woolf que era la única novela inglesa del siglo XIX escrita para adultos. Sí, es verdad que tiene todo lo bueno de Thackeray, Trollope, Austen, incluso Dickens ... pero no ese deseo del happy end a toda costa. Y, con todo, una novela seria, entretenida y optimista sin ñoñerías.
6- Y, por último, siempre queda el recurso a los novelones del XIX. Fortunata y Jacinta, Crimen y castigo, Guerra y paz, Anna Karenina...
P.D. Ahora que me releo, veo que casi todas las recomendaciones son femeninas, lo que les encantará a los fans de las cuotas. Ha sido sin querer, palabra. Y no voy a hacer ningún chiste con la Aído.
Saludos compostelanos. Todas buenas recomendaciones (no conozco a Ana María Shúa). De Wolff es muy buena también Vieja escuela. A mí me gusta mucho George Eliot. También es muy buena Elizabeth Gaskell, por ejemplo Cranford.
ResponderEliminarA mí Wolff me parece más cuentista que novelista. Vieja escuela está muy bien, pero tuve la impresión de que eran cuentos ensartados uno detrás de otro... Pero, sí, muy bueno todo lo que escribe. No he leído a la Gaskell, así que me quedo con el nombre de la novela para este verano. Gracias.
ResponderEliminarBuenas lecturas. Veo que no hay poesía.Pero muy buenas lecturas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tendría que haber poesía, cierto. Pero la poesía casi nunca se edita en plan grueso (salvo cosas raras como Canto general de Neruda). Pero me das idea para una entrada sobre poesía... Gtacias, tocayo.
ResponderEliminarYo también me paso por tu piscina, como ves. Buenas recomendaciones. Yo añadiría una, que da para todo un verano, e incluso para dos: "En busca del tiempo perdido", de Proust.
ResponderEliminarUn abrazo. Y enlazo este blog a mi Columna de humo.
O para muchos veranos: Para mi verano próximo, por ejemplo. Gracias por tu comentario y tu enlace, amigo.
ResponderEliminarBuenas recomendaciones, pero antes que El Faro sugeriría otros de la misma autora, P.D. James. Los tiene mejores. Y de poesía, Rico acaba de editar un tocho muy hermoso con miles de poemas. ¿Qué opinas de lo "inesperado" de Cortázar? Hay gran expectación... Muchas gracias.
ResponderEliminarQué comentario tan interesante, María. No conozco el tocho de Rico: voy a mirar, gracias. P.D. James: sí, quizá tienes razón. A mí me gustaron especialmente Mortaja para un ruiseñor y La calavera bajo la piel. Pero tengo debilidad por El faro, porque fue la primera que leí y porque algunos retratos psicológicos (el de la víctima, el escritor) me parecieron extraordinarios. P.D. James es muy, muy buena en los prolegómenos del crimen. El faro es premiosa ahí, porque tarda mucho en llegar el primer asesinato, pero a mí no me importa, quizá porque soy un aficionado un poco impuro al género policial.
ResponderEliminarEn cuanto a lo inesperado de Cortázar, soy un poco escéptico. En general, los escritores suelen dejar obra inédita al morir por una razón: saben que no vale la pena. Salvo diarios y cartas, en general me ha defraudado todo lo que he leído póstumo de un autor al que admiraba. De hecho, de Cortázar no se han parado de publicar cosas en los años 80 y 90, y casi todo era, en mi opinión, un rollazo (incluidas novelas como Divertimento o El examen).