El otro día mi sobrino Álvaro hizo un descubrimiento asombroso en clase de lengua. Resulta que los seres humanos no escribimos hacia delante, sino hacia atrás. Su razonamiento, según he podido saber, es inatacable. Si, por ejemplo, los prefijos se ponen delante de los lexemas, esto significa que la parte de delante (súper) es lo primero que lees, mientras que la raíz (hombre) va después, está un poco más allá... Luego escribimos hacia atrás. Tan confuso se quedó con su hallazgo que pidió explicaciones al profesor, quien, tras una discusión desconcertada, zanjó la cuestión por decreto: escribimos hacia delante, no hacia atrás y punto.
Puestos a meterme en rollos bizantinos, quizá los dos tenían razón: en la coordenada del tiempo no escribimos hacia atrás, ya que cada signo sucede cronológicamente al anterior, pero en el plano espacial la cosa cambia, porque podemos situar la precedencia de los signos de acuerdo con nuestro punto de vista. Por eso explicamos el "pre-fijo", como algo que está delante, que precede... Uf, vaya lío para no llegar a ninguna parte.
A mí me gusta, de todas formas, darle una explicación poética a todo este asunto. Cuántas veces recordamos vivencias, tesoros de la memoria, que nuestra escritura va rescatando con paciencia. Ella se mueve hacia atrás, tanteando mientras avanza, retrocediendo mientras el tiempo progresa sin inmutarse. Y cada vez que los signos se van desenredando, nos vamos con ellos hacia ese lugar que perdimos a la derecha del papel o la pantalla.
Puestos a meterme en rollos bizantinos, quizá los dos tenían razón: en la coordenada del tiempo no escribimos hacia atrás, ya que cada signo sucede cronológicamente al anterior, pero en el plano espacial la cosa cambia, porque podemos situar la precedencia de los signos de acuerdo con nuestro punto de vista. Por eso explicamos el "pre-fijo", como algo que está delante, que precede... Uf, vaya lío para no llegar a ninguna parte.
A mí me gusta, de todas formas, darle una explicación poética a todo este asunto. Cuántas veces recordamos vivencias, tesoros de la memoria, que nuestra escritura va rescatando con paciencia. Ella se mueve hacia atrás, tanteando mientras avanza, retrocediendo mientras el tiempo progresa sin inmutarse. Y cada vez que los signos se van desenredando, nos vamos con ellos hacia ese lugar que perdimos a la derecha del papel o la pantalla.
La apreciación de tu sobrino es agudísima. Si no pierde esa clarividencia estamos ante un genio en ciernes. Un saludo.
ResponderEliminarLa pregunta es: ¿es lo mismo un superhombre que un hombresúper? Las matemáticas dirían que sí.
ResponderEliminarYa lo dijo Darwin, venimos de los cangrejos.
ResponderEliminarBuena entrada, muy buena.
José Miguel tiene razón: mi sobrino es muy listo. Lo importante es que no se lo crea demasiado. Si no irá como los cangrejos, que ya lo dijo Darwin.
ResponderEliminarEn cuanto a lo que desvela a Mauricio, lo mejor será preguntar a nuestras mujeres a ver qué opinan.
Pues la verdad es que yo tambièn me he quedado pasmado con esa aguda observación de tu sobrino Alvaro.
ResponderEliminarSaludos.
PD: Empiezan a desfilar en mi cabeza palabras: subterráneo, posmoderno...
¿on o? ...sárta aicah nebircse néibmat sebará sol euq se oreP
ResponderEliminarMauricio, si tu mujer te dice que eres un superhombre, estáte orgulloso. Pero si te dice que eres un hombresúper, chungo, te veo con el carro haciendo la compra en el DIA pensando orgulloso en el triunfo del dia anterior. Cuidadín con las mates...
ResponderEliminarMuy agudo tu sobrino. Yo me quedo con tu disgresión sobre la literatura que avanza retrocediendo, descubriéndose pacientemente. Justo ahora estoy empezando a darle vueltas a esto con Ricoeur. ¡Gracias!
ResponderEliminarAnaCó: A Ricoeur lo he leído fatal, pero me imagino que algo se me quedó... A ver si me pongo este verano con él.
ResponderEliminarJuan Ignacio: gracias por tu comentario... Es verdad, el comentario de mi sobrino es intrincado y en eso es posmoderno; pero es inocente y asombrado, y hay sí que no.
ResponderEliminarAlvarico: on odneitne adan ed adan ed ol euq secid. ¿Ol seduep riteper?
ResponderEliminarTe ha costado cuarenta y tantos años, pero veo que has aprendido a escribir hacia adelante. Me alegro por tí. Te voy a presentar a la profe de lengua de tu sobrino, que desde entonces no habrá podido dormir tranquila. De todas formas, a mí, no me la das. Cuando quieras te lo repito a la cara. سلام salam.
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