martes, 16 de junio de 2009

Divagación y espanto

La primera vez se lo escuché a mi suegra refiriéndose a mi hijo de seis años, que estaba pintando monos en un papel:
-Me espanta lo que este niño llega a hacer.
Al principio me mosqueé un poco, pero, como siempre he seguido el manual del buen yerno, me callé y me fijé en la cara de éxtasis que ponía la abuela al mirar a su nietecito. "No será tan malo lo que dice", pensé. La explicación -lo supe mucho más tarde- está en que mi suegra es gallega. En portugués, "espanto" significa asombro, y ya se sabe que los gallegos por ahí se juntan con los portugueses. Baúl de espantos se llama un libro de Mario Quintana y yo, como homenaje al gran poeta brasileño, titulé a la segunda parte de mi poemario "baúl de asombros".
Es curioso esto de que el asombro y el espanto anden en compañía. En el español de antaño era frecuente verlos juntos. Me voy al venerable Tesoro de Covarrubias y la voz espanto designa "causar horror, miedo o admiración". Cervantes, en su poema más famoso, el dedicado al túmulo de Felipe II en Sevilla, dice:"Voto a Dios que me espanta tal grandeza"; y después, se larga un soneto con estrambote bastante espantoso, quiero decir, sorprendente.
Mucho más tarde está ese maravilloso, redondísimo final, del soneto de Borges dedicado a Buenos Aires:

No nos une el amor sino el espanto;
será por eso que la quiero tanto.

Borges ya vive en el idioma español del siglo XX y piensa que el amor fatal por su ciudad tiene algo de terrible. El horror de vivir en Buenos Aires, para él, es una forma desesperada del querer.
Ahora bien, a mí me gusta pensar qué sucede si le añadimos al significado vulgar de espanto -"temer"- el antiguo de "asombrarse, admirarse". Me parece que ganamos al volver a leer los versos de Borges. Es el espanto, el asombro, la sorpresa de verse el uno al otro, lo que une a los amantes con una fuerza tal que temen y se aman. Eso: el amor puede producir miedo y asombro, las dos cosas juntas.

9 comentarios:

  1. Buenos días y con permiso.

    En inglés pasa otro tanto. "She is a terrific woman" no en el sentido de que cause terror, miedo, sino de asombro, admiración.

    No había caído en que en castellano con espanto sucede lo mismo, mil gracias.

    ResponderEliminar
  2. Es curioso comprobar las acepciones que da la RAE para el verbo espantar:
    - Causar espanto, dar susto, infundir miedo.
    - Ahuyentar a personas o animales.
    - Admirar, maravillar.
    Y muy interesante la apreciación de Aurora, en inglés terrific tiene un significado muy positivo, algo así como genial.
    En francés tenemos épouvantable, que además de espantoso significa extraordinario, excesivo.
    Da para mucho la palabreja, y todo por un niño pintando monos, si no fuera por ellos...

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Gracias a los dos por los comentarios, tan espantosos... Es curioso, verdad, que cinco lenguas occidentales coincidan en ver la afinidad entre el espanto y el asombro.

    ResponderEliminar
  4. No hay duda de que espanto y asombro van juntos, y mi abuela que era gallegaa también usaba espanto con profusión, lo que era más difícil era saber qué quería decir cuando la usaba, era gallega, muy gallega.

    ResponderEliminar
  5. Las abuelas gallegas son extraordinarias (y lo digo yo que no soy gallego)

    ResponderEliminar
  6. Si podemos llorar de alegría, ¿por qué no podriamos espantarnos de asombro?
    Un asombro muy grande (aunque grato) seria tal que no podríamos soportarlo, sintiendo cierto espanto.
    Quizás sea algo caprichosa ya la relación pero, ¿no dicen que si uno viera el rostro de Dios moriría?

    ResponderEliminar
  7. Juan Ignacio vuelve a dar en el clavo. De todas formas, lo mejor es ver el rostro de Dios después de muerto. También eso debe de estar bien previsto, no vayamos a pasar demasiados espantos en esta vida.

    ResponderEliminar
  8. en Calderón también aparece de vez en cuando el término espanto como admiración...

    ResponderEliminar
  9. Con una calderoniana del GRISO no discutiré...

    ResponderEliminar