lunes, 8 de junio de 2009

Bicicleta

Es lunes y me he levantado perezoso, así que hoy recurro a un microrrelato que tenía guardado en un archivo. Espero que os guste.


BICICLETA

De niño yo tenía una pesadilla en la que el conde Drácula me perseguía por una ciudad desierta. El mal sueño no sería demasiado original, si no fuera porque los dos íbamos montados en sendas bicicletas. La persecución alcanzaba sus repechos y subidas, momento en que yo conseguía poner cierta distancia con el monstruo. Sin embargo, aunque el señor Conde no era ningún Indurain, al final estaba a punto de atraparme en una bajada y yo despertaba sudoroso y muerto de miedo. ¿Son los sueños premoniciones o expresiones del inconsciente?, me pregunto yo aquí y ahora, sudoroso y angustiado en esta maldita bicicleta, mientras trato, inútilmente, de alcanzar a mi bella compañera de gimnasio.

7 comentarios:

  1. Yo sé de más de uno que se sitúa estratégicamente en los gimnasios, como el protagonista de tu relato. Cuestión de motivación.
    Me ha gustado. Un abrazo.

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  2. Gracias, Juan Antonio. A los gimnasios tendremos que ir más a menudo para buscar inspiración...

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  3. El microrrelato es bueno, además al final me acordé de Octavio.

    Un abrazo.

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  4. Javier, me ha gustado el cuento de la bicicleta, además fiel a tus enseñanzas, el final soprende y tiene gracia.
    Saludos.

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  5. Javier, me gusta el micro cuento de la bicicleta.Fiel a tus enseñanzas, el final sorprende y logra hacerme sonreir.

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  6. Gracias, Toño. Si hace sonreír, al menos, ya está conseguido. Y eso no es siempre fácil.

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