jueves, 20 de mayo de 2010

Karaoke

Estamos, queridos teleespectadores, en las fiestas de Orejillas del Sordete y una multitud se concentra en torno a la carpa donde va a comenzar el concurso de karaoke. La presentadora –lomito al aire, piercing en la lengua y el ombligo- incita a los fieles a que alguno se presente al escenario. De repente surge un animoso concursante de cara sonrosada y pelos levantados. ¿Cómo te llamas?, le pregunta. Jonathan, contesta todavía inseguro. Muy bien, Jonathan, ¡es tu turno!, y suena una ranchera que al principio le extraña, porque él esperaba otra cosa, pero enseguida le toma el aire a la canción. Lo malo es que, en cuanto ha empezado a cantar eso de “Me gustas mucho”, la música se para y atacan los golpes de un “rap” espasmódico. Je, je, unas risitas de desconcierto, y Jonathan empieza a resbalar por el suelo. En cuanto se levanta, bruscamente la canción cambia: ahora es el tango “Volver”. No importa: el cantante se acomoda la pechera y compone un gesto chulesco y porteño. Pero veinte segundos son nada: de repente, el ritmo vuelve a acelerarse y ahora viene una rumba zumbona que la gente jalea entre los meneos imprevistos del protagonista. Unos instantes más tarde, otro silencio mínimo y enseguida llega la penúltima canción del verano con sus horteradas de rigor. Al candidato a la fama le empiezan a temblar las piernas y se le ve alguna lagrimita en el ojo derecho. Sabe que la canción volverá a cambiar en cinco segundos y tendrá que improvisar otro paso de baile y otro ritmo cada vez más frenético. Pero los aplausos son tan fuertes que él tiene que seguir, seguir, seguir bailando eternamente una música ajena, mientras le parece ver que sus sandalias se han transformado en unas zapatillas de color rojo.

2 comentarios:

  1. No me extraña que añores Alemania.

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  2. Seguramente Jonathan no sabe bien lo que le espera... Y el siguiente tampoco... Supongo que, como en muchos de tus relatos, y muchos cuentos ¿infantiles?, no puedes evitar alguna moral-eja: mejor elige tú mismo la música que quieres bailar.

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