martes, 16 de marzo de 2010

Más virutas de taller

En la mesilla de noche tengo un apartado para libros de consulta rápida antes de dormir: o sea, poesía, ensayo y libros escritos por amigos. El último de Miguel d'Ors (Más virutas de taller, Sevilla, Papeles del sitio, 2010) cumple los tres requisitos y ya estoy leyéndolo a "trote-cuto-salta-mata", por decirlo a la navarra. D'Ors vuelve a sus temas de siempre y, me parece, le añade una vuelta de tuerca de escepticismo gallego, en su acepción más positiva y parafraseando a Rosa Díez. Por lo demás, qué bien escribe y qué bien se lee.
Seguramente hablaré más despacio de las virutas de Miguel, pero de momento copio éstas:

El hecho de que la mayoría de los españoles coincidan (julio de 2008) en que el problema más grave de este país es la mala situación económica me hace pensar que España tiene ahora mismo un problema mucho más grave que cualquier crisis económica.


¿Que todas las opiniones son respetables? Nada más falso. Respetables son los opinantes, porque son, y todos en el mismo grado, personas; pero no todas las opiniones tienen el mismo grado: las hay verdaderas y erróneas, documentadas y superficiales, inteligentes y estúpidas; y a nadie se le puede exigir que respete el error, la superficialidad y la estupidez.


Comidas raras, cocineros célebres, vajillas extravagantes: sociedad corrompida.


Mil veces mejor vivir en un país en el que se dice: "Aquí no hay libertad de expresión" que en otro en que se dice, como hoy en éste mío: "Aquí hay libertad de expresión..., pero algo habría que hacer para que X y Z no sigan hablando así en la radio".


Qué lugar tan extraño: todos son inconformistas, heterodoxos y transgresores menos yo.

3 comentarios:

  1. No entendí la 1ª, lo siento.

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  2. Creo, amigo Fernando, que se refiere a otro tipo de crisis, una crisis de valores que está detrás de la económica y que es más profunda.

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  3. Oh¡¡¡

    Vaya contradicción. Si la principal preocupación de España (entonces o ahora) no fuera la crisis económica, sino la de valores, esto no sería España, sino Polonia. Y si esto fuera Polonia, ni el gobierno sería el que tenemos ni la oposición la que padecemos, todo sería distinto, mejor, con lo que a su vez la crisis moral dejaría de existir pues las Leyes serían más sanas.

    Un lío, pues.

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