jueves, 29 de abril de 2010

Intimidad del libro

Si algo tengo claro, es que si llegara a reunir lo que he ido escribiendo en este blog para convertirlo en un libro, cortaría por lo menos sano. Pero, sobre todo, añadiría nuevas entradas, esas que no me gustaría soltar aquí, no fueran a quedarse prisioneras del aire libre de la Red.
El lector del libro es tu amigo invisible. Ha reconocido tu nombre en la estantería y, tras hojear las páginas, se ha llevado tus palabras a su casa. Una vez vi a un desconocido leyendo un libro mío en el metro de Madrid. Me contuve para no darle un abrazo.

8 comentarios:

  1. Yo creo que no había sido capaz de contenerme...
    Un abrazo.

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  2. Hola, Javier, la coincidencia del Metro me parece una imagen potentísima. Si yo fuera novelista o, al menos, redactor de cuentos (como tú) narraría cierto día de un escritor.

    Frase inicial: "Despertó sobresaltado, sintiendo que era un error su empeño en escribir"

    Frase por el medio: "Vio un desconocido leyendo un libro suyo en el Metro de Madrid".

    Frase final: "Y antes de dormirse, feliz, recordó al lector del Metro".

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  3. Gracias por vuestros comentarios y un abrazo...

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  4. Buena anécdota. Para una próxima vez, Javier, anótate una frase clásica que siempre da muy buen resultado:
    - ¡Ah, fuiste tú el que lo compraste!

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  5. Lo bueno es leer un libro que nadie haya escrito. Lo malo es lo contrario.

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  6. Llego tarde y encima lanzo la pregunta inoportuna: ¿Harás el libro del blog?

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