De las pequeñas anécdotas de la Historia se puede aprender mucho y hasta sacar de vez en cuando algún resultado interesante. El otro día uno de mis hijos estaba inmerso en una rabieta cósmica. Ya no podiamos más cuando de pronto me vino a la memoria una idea salvadora:
-Como sigas así, vas a terminar por comerte la alfombra a mordiscos, igual que hacía Adolf Hitler.
-¿De verdad que eso hacía Hitler?
-De verdad, de verdad. Lo he leído en un blog...
El tipo se calmó de inmediato.
Y, por cierto, que me voy a aplicar el cuento para cuando yo me enfade con ellos.
ResponderEliminarEl post de Hitler en ese blog es fantástico, Javier. Gracias por el link. Yo conocí a un súper ejecutivo (fue jefe de mi ex en Madrid) que tenía esas rabietas en la oficina -delante de todo el mundo-. Se ponía hecho una furia y acababa en el suelo, de espaldas, gritando y pataleando con piernas y brazos a la vez, ante el terror y el asombro de sus subordinados.
ResponderEliminarHay gente pá tó... que decía aquel torero.
Un abrazo,
Víctor: cierto, es un blog estupendo, muy informado y muy interesante. Me gusta hacerle un poco de publicidad.
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