Juan Ignacio: tanto José Miguel como tú habéis coincidido en leer la historia como un récord de fecundidad. A decir verdad, yo no lo había pensado así, si no más bien como una metáfora del amor humano a lo largo del tiempo, una señal del amor que mueve el cielo y las estrellas, que diría Dante. Pero amor y fecundidad (biológica o no) suelen ir unidos, así que... OK (y me atrevo a añadir que los tres no por casualidad somos padres de familia).
Buena apreciación, Javier, la que haces a tus dos comentaristas anteriores. No sé que tiene qué ver la fecundidad con un record de amor. Podríamos hablar de record de número de espermatozoides móviles, o de óvúlos fértiles... pero me temo que la apreciación de Juan Igancio, con todos mis respetos, es bastante desafortunada, pues no creo que eso tenga algo que ver con el amor. El matiz, podría ser el deseo, record de deseo de tener hijos como una expresión suprema del amor...aún cunado no se tengan por los motivos que sea.
Desde ya que no considero que hay más amor cuando hay más fecuniddad biológica (o número de hijos). Sería un poco estrecho el pensamiento. El amor está en la disposición a la fecundidad y luego en la forma en que se ama a los hijos que uno trae al mundo.
Salvadas estas objeciones, sí se puede relacionar amor con fecundidad. Si estoy dispuesto a que mi amor con otra persona luego se multiplique y demos cabida en un nucleo amoroso a nuevos tipos de amor, paternal, filial, etc., y eso en mayor medidia cada vez, pues eso es amor. Luego verá Dios si manda o no manda, que por algo será.
Para ganar un record Guiness, tiene que haber un árbitro al lado, normalmente un cronómetro o un contador y cumplir una serie de reglas muy estrictas, sobre todo en qué consiste exactamente el récord. No dudo del "esfuerzo sobrehumano" que han tenido que empeñar los Concursantes para conseguir ¿"todos los records"?... mmmh, ¿todos todos? Vale que Adán y Eva fueran "nuestros primeros padres", pero lo que nos dejaron en herencia fueron deudas, fundamentalmente. Y mientras ellos se abrazan nosotros seguimos pagando...
Eso es una descendencia numerosa, y no lo que hay ahora. Muy ingenioso.
ResponderEliminarUn saludo.
Lo que es un récord es lo rápido que ha venido tu comentario. Muchas gracias, José Miguel...y abrazo alemán.
ResponderEliminarJavier,
ResponderEliminarEsa es la idea de un récord de amor, la fecundidad. Y no el tiempo que se pasa en la cama o la cantidad de "encuentros", como se mide hoy día.
No te he deseado buen viaje en la anterior entrada pero es que y ano entiendo si estabas en Alemania o te has ido ahora.
Como sea, buen viaje.
Juan Ignacio: tanto José Miguel como tú habéis coincidido en leer la historia como un récord de fecundidad. A decir verdad, yo no lo había pensado así, si no más bien como una metáfora del amor humano a lo largo del tiempo, una señal del amor que mueve el cielo y las estrellas, que diría Dante. Pero amor y fecundidad (biológica o no) suelen ir unidos, así que... OK (y me atrevo a añadir que los tres no por casualidad somos padres de familia).
ResponderEliminarComo sea, es un record para celebrar.
ResponderEliminarY si fuéramos irlandeses, sería con una Guiness.
¿Qué tal si le volvemos a echar un ojo a "Danzad, danzad, malditos", la maravillosa película de Sidney Pollack?
ResponderEliminarUn abrazo,
PD: Por cierto, basada en la famosa novela de Horace McCoy "También matan a los caballos ¿no?". "The real McCoy", que dicen los americanos...
Buena apreciación, Javier, la que haces a tus dos comentaristas anteriores. No sé que tiene qué ver la fecundidad con un record de amor. Podríamos hablar de record de número de espermatozoides móviles, o de óvúlos fértiles... pero me temo que la apreciación de Juan Igancio, con todos mis respetos, es bastante desafortunada, pues no creo que eso tenga algo que ver con el amor. El matiz, podría ser el deseo, record de deseo de tener hijos como una expresión suprema del amor...aún cunado no se tengan por los motivos que sea.
ResponderEliminarDesde ya que no considero que hay más amor cuando hay más fecuniddad biológica (o número de hijos). Sería un poco estrecho el pensamiento. El amor está en la disposición a la fecundidad y luego en la forma en que se ama a los hijos que uno trae al mundo.
ResponderEliminarSalvadas estas objeciones, sí se puede relacionar amor con fecundidad. Si estoy dispuesto a que mi amor con otra persona luego se multiplique y demos cabida en un nucleo amoroso a nuevos tipos de amor, paternal, filial, etc., y eso en mayor medidia cada vez, pues eso es amor. Luego verá Dios si manda o no manda, que por algo será.
Para ganar un record Guiness, tiene que haber un árbitro al lado, normalmente un cronómetro o un contador y cumplir una serie de reglas muy estrictas, sobre todo en qué consiste exactamente el récord.
ResponderEliminarNo dudo del "esfuerzo sobrehumano" que han tenido que empeñar los Concursantes para conseguir ¿"todos los records"?... mmmh, ¿todos todos?
Vale que Adán y Eva fueran "nuestros primeros padres", pero lo que nos dejaron en herencia fueron deudas, fundamentalmente. Y mientras ellos se abrazan nosotros seguimos pagando...
Salvadas las objeciones, amor demasiado finalista en mi opinión, Juan Igancio.
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