jueves, 10 de junio de 2010

Paseos y visiones

La soledad nos hace observadores. Por eso, en mis paseos por Münster no sólo he admirado la armonía de las alamedas, las praderas perfumadas, la música de los campanarios. También he visto cosas raras. Un chino en bicicleta silbando "Pajaritos por aquí, pajaritos por allá". Una señora con bigote hitleriano que rondaba por los pasillos de la Facultad y que, por suerte, no entró en mi clase. Un cisne de plástico flotando en el lago central del que, según me contaron, se enamoró una congénere hembra de verdad, una cisne de plumas y huesos, hasta el punto de que jamás se separaba de él.
Hace un rato pasé por delante de una marquesina y enseguida ví una pareja de novios. Los dos eran jóvenes y feos. Ella tenía tapada la boca con una pelota roja de plástico, como los cerditos. En ese momento acercó lentamente su boca a la boca de él. Él abrió la suya. Ella depositó la bola dentro. Y él hizo como que se la tragaba, pero no. Luego se besaron unos segundos. De golpe, casi de un brinco, ella se separó y soltó una carcajada. Él se quedó quieto, pero enseguida empezó a moverse convulsivamente y a gemir. Ella seguía riendo. Él gemía más y más.
Luego él dio un salto, escupió la pelota y empezó a reír también. Con la boca cerrada, eso sí.

3 comentarios:

  1. ¡Oh, qué surrealista! ¿Qué novios son esos? Je ne comprend pas.

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  2. A mi, el chino en bicicleta silbando "pajaritos por aquí, pajaritos por allá" me parece de lo más lógico.
    Un abrazo,

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  3. Sin dudas es lo más lógico, especialmente la visión de un chino en una bicicleta. Muy interesante el relato. Siempre hay saltos, pajaritos, bicicletas y pelotas rojas en un paseo que se precie de tal.
    Abrazos!

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