miércoles, 2 de mayo de 2012

En el país de no me acuerdo

"Hay que ver con tus amigos argentinos", me decía uno con cara de guasa. Ahora que lo de Repsol se va enfriando en los medios de comunicación, va don Evo y expropia su poquito de electricidad. Todo este triste asunto, que ya iba olvidándose, parece que vuelve y, de momento, esto es lo que pienso:
1- Del lado de acá: A pesar de lo que diga el ministro Soria, un gesto de hostilidad a una multinacional española no es un ataque a España, sino a una multinacional española, que es algo que a lo mejor se le parece, pero no es lo mismo. A nuestros gobernantes se les veía hace dos semanas con cara de petróleo, y aquí se ve cuánto influyen sus actitudes en la gente: a los españolitos no se les levantó el tupé cuando Hugo Chávez expropió el Banco de Santander o la Cristina le quitó Aerolíneas a Marsans, tal vez porque Zapatero, con este tipo de jugadas, metía la cabeza en un agujero y se reía por lo bajini cuando pensaba en Díaz Ferrán. La semana pasada todos nos poníamos furiosos porque dos ministros salían con cara de pocos amigos a dar una rueda de prensa. ¿Quién se acordaba de las expropiaciones anteriores? Como cantaba María Elena Walsh:
En el país de no me acuerdo,
doy tres pasitos y me pierdo...
Por lo demás, el gobierno hace bien en defender los intereses de los accionistas españoles de Repsol (quién sabe cuántos de ellos, o amigos suyos, tendrán acciones allí), pero me pregunto cuánto margen de maniobra tiene. Después del sofocón inicial, viene la melancólica comprobación del papel de España en el mundo. Parece que los presuntos "aliados", Estados Unidos, México o la Unión Europea, ya no se sienten tan tristes por la suerte de Repsol, así que las sanciones económicas, de momento, van a concluir en que no se importarán alfajores ni dulce de leche, una verdadera catástrofe en mi casa, con lo que nos gustan.
2- Del lado de allá: El espectaculillo de Cristina F., viuda de K., y su corte de los milagros, es un despropósito que da una pésima imagen internacional del pais y terminará perjudicando económicamente a los argentinos. Qué curioso que ella fuera una de las artífices, hace trece años, de la venta de Repsol, o que hablara maravillas hasta hace unos meses de la empresa española. Ahora, necesitada de cash a toda costa y con un problema energético para el invierno, ha sacado la zarpa. La euforia, ay, de mucha gente en Argentina me recuerda otra vez a los versos de la genial María Elena Walsh...
3- Capítulo imprescindible: Quien privatizó y luego desprivatizó, buen privatizador será. En esto el peronismo ha sido históricamente experto. Pronto no será, porque sería un suicidio político, pero quién nos dice que dentro de un par de añitos, cuando se necesite crédito internacional, YPF vuelva a manos extranjeras con contratos y seguridades leoninas, para evitar que se repitan situaciones como ésta. A China le interesa (Repsol iba a vender el 56 % de sus acciones a una empresa china), Brasil ya está moviéndose y a Hillary Clinton le daba la risa cuando le preguntaban por el asunto de la expropiación. Y entretanto, el deterioro de las relaciones entre o Argentina y España perjudica a los dos países hermanos.

6 comentarios:

  1. Sí, señor. Estoy totalmente de acuerdo contigo, Javier. Expropiemos nosotros el tango, ¡maldita sea! y que tengan que bailar con tutú...
    Un abrazo,

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  2. Caramba, como comentarista habitual de este blog me siento como llamado a comentar. Pero no diré nada porque no soy de comentar "por compromiso" (en el mal sentido de la palabra compromiso). Así que ya está: comenté y no dije nada.

    (Te guardo alfajores para cuando nos visites).

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  3. Ja, ja, ja... : pues lo dejamos en "comentario sin comentarios".

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  4. Me veo sin elementos bastantes de juicio como par poder opinar a este respecto.
    Me he acostumbrado en los últimos años al cine argentino, y esto me ha acercado un poco a lo que puede ser aquel país...con bastantes semejanzas con el nuestro, y quizá demasiadas diferencias no tan grandes.
    A mí Cristina F. me recuerda un poco, bastante, en hembra, a Torrente, a Jesús Gil y Gil (q.e.d.) o al Doctor Cabeza. Una desafortunada mezcla entre todos ellos. Apuesto a que ella también sería aquí del Atlético de Madrid.
    Y de otra parte, observo una enorme coincidencia entre nosotros y los argentinos; no producimos nada. Aunque en el caso de ellos me parece aún más imperdonable, pero hablan más y mejor.

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