Para el fin de semana saco este microrrelato galante de Raúl Brasca. Uno tiene la experiencia de que, cuando termina de leerlo en clase, se advierte una sonrisa general de aprobación entre el público femenino. En fin, ahí va...
LA PERLA
-Describe la perla por la que arriesgarías tu vida allá en lo hondo –le pedí al joven buceador de pulmones de acero.
-No sé cómo es esa perla –me dijo-, pero puedo describirte la muchacha a quien se la regalaría.
Qué bueno qué bueno qué bueno, (más aún que la perla), tu microcuento sobre el poeta submarinista. ¡Por fin aterrizo en tu blog! Voy a enlanzarte...
ResponderEliminarGracias, Adaldrida. Pero, oye, como experta en maquillaje, me reconocerás que la perla de Brasca es una perla auténtica ¿no?
ResponderEliminarMe gusta el final alternativo de Enrique.
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