martes, 20 de abril de 2010

Desprecios

La semana pasada algunos amigos se sorprendían:
-Pero, cómo vas a ir a dar clase en Alemania sin saber alemán...
Y otros recurrían al idioma comodín:
-Ah, bueno, las darás en inglés, claro.
En realidad, cuando he tenido que viajar al extranjero por motivos profesionales, mi obligación era hablar en castellano y jamás tuve problemas con mis colegas o con los alumnos, más bien todo lo contrario. Qué paradoja: en Milán tuve más de trescientos estudiantes de primer curso en la universidad católica, y en Zagreb, unos cuarenta. Ahora estas cifras ya no se dan en ninguna facultad de filología de nuestro país, quizá porque es el único lugar del mundo donde podemos permitirnos la comodidad de despreciar nuestro idioma.

9 comentarios:

  1. Al ataque con Alemania, país siempre despreciado en casi todos los sentidos. Por eso después sorprende tanto.

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  2. Despreciado, admirado, temido, odiado, amado...

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  3. Alemania, que bonito país. ¿Admirado? Tal vez por sus filósofos, por sus literatos, por sus insignes viajeros ... Por sus bosques, por sus evocaciones nibelungas .... Supongo que desde ese Carlos I y V que compartieron no se han llevado mal los dos países. Siempre escuche Alemania como "ejemplo", "referente". Oye, que curioso eso del idioma, que nos narras .... Yo, que nací en Riotinto y vivo en Sevilla, tengo hace tiempo en mi casa un manual de euskera, esperando que un rato libre me permita acceder a ese milagro. ...

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  4. Marco Valerio: te confieso que el euskera me tienta poco. De momento me quedo con el alemán, que ya es para tenerte entretenido.

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  5. Muy bueno.
    Acá somos peores aún.
    Uds. todavía tiene las costumbre de respetar su idioma en varias cosas.
    Acá basta que venga en otro idioma, sea el que sea, para que tenga distinción.

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  6. Me parece, Juan Ignacio, con todo el respeto que sabes que tengo por Argentina, que eso viene ya de algunos padres de la patria como Sarmiento y otros. Un problema de identidad, tal vez: el hijo que -explicablemente- necesita separarse del padre para crecer. En Argentina se revolvieron contra el idioma, pensando (no sin algo de razón) que la lengua es vehículo del pensamiento y que, pensando en otras lenguas, serían "otra cosa" (ahí ya sin tanta razón, creo).
    En mi país el problema es más sencillo: ignorancia o inconsciencia pura y dura de la proyección que tiene nuestra lengua, entre otras razones porque la hablan muchos millones de personas al otro lado del océano

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  7. Aprecio.
    Eso era porque los alumnos sabían que eras tú el que ibas a dar la clase...

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  8. Curiosa y sabia observación sobre el declive del respeto a nuestro idioma en nuestro país, cuando en el mundo florece la admiración por nuestra lengua y nuestras letras.
    Un abrazo.

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