martes, 22 de junio de 2010

Para qué sirve la cultura

Para qué sirve viajar, perder el tiempo yendo al teatro, a las exposiciones y visitando monumentos hermosos... Uno se pregunta estas cosas desde siempre. Y ahora me encuentro con este fragmento de las memorias de Vasconcelos. Acaba de llegar a Londres por primera vez en compañía de su amante, Adriana, y, en lugar de ocuparse de los asuntos políticos que tenía encomendados, pasa los tres primeros días viendo museos, asistiendo a la ópera y a un espectáculo de ballet donde actúa Anna Pavlova. Y, no sólo para justificarse sino con profunda convicción, escribe:
También un motivo universal justifica las complejidades de la vocación. Todas las variedades que las circunstancias imponen a nuestra acción no impiden que la persona que somos se mantenga a través de las envolturas. Nuestra tarea en sociedad es una de las túnicas transitorias; su camisa es la política; la necesidad de una profesión, de un oficio, es otra vestimenta que hoy llamaríamos económica; pero por encima de todas estas circunstancias externas y secundarias está la misión que el espíritu nos ha señalado.
La "misión" es, pues, el ahondamiento en todo eso que llamamos cultura, porque sólo así, enriqueciéndose por dentro, pueden imponerse mejor las tareas que reclama la sociedad. Tareas que son quizá secundarias, cierto, pero obligatorias.

9 comentarios:

  1. ¡Bien, muy bueno!

    Sólo un detalle. No terminar justificando lo inútil dandole una utilidad.

    Aunque sea útil enriquecernos para luego hacer las otras cosas mejor, sigue siendo más importante enriquecer el espíritu y es un fin en sí mismo.

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  2. Me sorprendió gratamente tu entrada ya que venía pensando cosas así últimamente.

    "La necesidad de una profesión, de un oficio, es otra vestimenta que hoy llamaríamos económica".

    Muchas veces nuestra vocación no está en nuestro trabajo. Eso hace que el trabajo sea más una forma de civilizarse, de hacerse alguien respetable, cuando la vocación es algo impracticable o con lo cual uno no se puede ganar el pan.

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  3. Juan Ignacio: Tienes razón en que lo de que utilidad es palabra fea; quizá sería mejor hablar del "sentido" de la cultura.

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  4. Buena apreciación la de Juan Ignacio. La cultura "al servicio de"... resulta, cuando menos, arma terrorífica que nos alinea, sobre todo, si el prestador del servicio es un gobierno (caso típico). El "sentido" de la cultura es hacernos libres, y desde esa libertad, mejoraremos nuestra secundaria tarea para con la sociedad. Me ha quedado demasiado "político", pero es mi humilde aportación.

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  5. No es sólo que "utilidad" sea una palabra fea; es que es peligrosa, en estos tiempos en que parece que toda formación debe estar encaminada al "mercado de trabajo", a ser económicamente rentable. Recuerdo que, con motivo del 2000, se hizo (entre tantas otras) una encuesta en Inglaterra para elegir al inglés más importante del milenio que terminaba. El elegido fue Shakespeare; y eso en un país que no carece precisamente de tradición científica o técnica, que cuenta con gente como Newton, Darwin o Fleming. El arte no es un "para qué", es un "por qué", vale por sí mismo. Y es especialmente conveniente, ya digo, no olvidarlo en estos tiempos.

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  6. Muy bueno, y muy aristotélico hoy, Javier. Uno trabaja para descansar, y no descansa para trabajar, como hacen muchos otros.

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  7. Sin embargo, hay una trampa en la que todos caemos: hallar la justificación de la cultura en el seno de la propia cultura. En un libro, en este caso. No sé si es un sinsentido, pero a lo mejor es que no es posible hallarla fuera...

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  8. El pobre Kafka, que sabía mucho de estas cuestiones, acabó por escindir completamente la vocación de la necesidad. Como tantos otros. Por eso el "haz lo que amas" se vuelve tan complejo en nuestros días. Dichoso del que siga el camino de sus talentos. Muy bueno, Javier, Besos.

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