miércoles, 4 de noviembre de 2009

Denominación de origen

Qué fea, pero qué fea, es la palabra "blog". Conscientes del desatino cacofónico, algunos la han sustituido por "bitácora", que tiene, para mí, el inconveniente contrario: es demasiado bonita. Además, de "blog" se deriva "bloguero", resultado espantoso, pero de "bitacora" sólo puede salir "bitacorero", que no es sólo feo, sino también inverosímil.
El ingenio de otros ha encontrado soluciones para este nuevo género de escritura. Enrique G-M inventó el blogg, que es un reto a los puristas, además de un guiño chestertoniano. Ridao, con quien coincido en su entrada de ayer, propone divertidas bloguerías y llama chops a los comentarios de sus seguidores. Y Javier Sánchez Menéndez se apunta a los álogos. No sigo porque tendría que estar viajando eternamente como la nave de Star Trek por toda la galaxia cibernética en busca de neologismos.
A mí tantas palabras nuevas me dan un poco de vértigo. Entré en el mundo del blog (ay, no se me ocurre otra forma de llamarlo) porque siempre intuí que escribir no debía de ser una tarea solitaria, sino más bien un desafío y una conversación con alguien que está a tu lado de forma secreta. La técnica ha conseguido el milagro de esos lectores inmediatos. Y ahora veo que sí, que es posible: escribir es un paseo compartido por las palabras o, como dice Muñoz Rojas, es el andar del alma.

7 comentarios:

  1. Javier, algo que ya parece olvidado es que la palabreja blog es un apócope de weblog. No es que mejore mucho, webloguero sonaría peor que bloguero. Pero habilita, quizás, sólo quizás, otras consideraciones.

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  2. Y además "bitácora" es el armario donde se guarda el cuaderno, por lo que su uso sería incorrecto. Caben tras opciones:

    1. Traducimos: por ejemplo, "web log" sería "registro en red" -RERE-.

    2. Inventamos un neologismo bien castizo: por ejemplo, "blogo" o ya puestos, como dije ayer, "blogoño", coño.

    3. Nos aguantamos con la palabreja yanki: va a ser esto, me temo.

    Un abrazo, y gracias por la mención.

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  3. A mi se me ocurre, entre la entrada y el comentario de Juan Ignacio, la palabra "güeblog" o "güeblogs". Esto es un aviso a los que tengan dos bitácoras.

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  4. Gracias: tienes razón, Juan Ignacio, que a lo mejor habilita para más consideraciones, pero me temo que todas van a ir por el mismo camino. Supongo que a las generaciones futuras "blog" ya no sonará tan cacofónico, como tampoco suenan mal otras con las que nos hemos criado desde chicos. La lengua es dinámica: en el siglo XVII sorprendía que se usara "joven" en lugar de "mozo". Resultaba muy pedante y ahora... ¿quién dice "mozo" sino se trata de dar una idea de algo arcaico, como son, por ejemplo, los Sanfermines?

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  5. José Miguel: Fue ayer una bonita casualidad que coincidiéramos en la misma idea. Vi tu entrada después de escribir la mía, pero -perdona- estaba tan cansado que ni te puse comentario... En fin, como dices, nos aguantamos con la palabreja.

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  6. Álvaro: Tiene güebogls, ¿no? eso es lo que querías decir...

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  7. Al final se impondrá (si no lo ha hecho ya) la palabra "blog", porque ninguna de las variantes podrá ya con el uso normal y aplastante de ésta. Posibilidades como "cuaderno" o "dietario", que también se leen, escamotean las nuevas condiciones tecnológicas de producción y recepción. En definitiva, se trata de escribir y de que nos lean. Que no es poco.
    Un abrazo.

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