Es un poco raro todo este cuento de la Gorgona. Según me han informado, el monstruo de ojos de sirena y cabellos de serpientes es capaz de convertir a un hombre en estatua de piedra sólo con mirarlo. Por el camino he podido comprobar con horror la verdad de los hechos. Decenas de cuerpos inmóviles se repartían a uno y otro lado del sendero, con sus posturas patéticas y los ojos abiertos, fijos en la nada eterna. Pero, cuando he llegado al final de mi viaje, me he dado cuenta de que esto no puede ser completamente cierto: cómo va a serlo si estoy detenido aquí y ahora, maravillado ante tanta belleza.
Deberías publicar tus microrrelatos. No veo diferencia entre los que vas apuntando aquí y los de Merino, por ejemplo. Aunque dejaría fuera al machista de Teseo... o no, como dices en el post de arriba: viva la disidencia.
ResponderEliminarGracias, María, por tu confianza. En realidad, en ello estamos y, como de momento no sale el asunto, los voy colando en el blog... Si hay suertecilla,espero que en un tiempo relativamente breve, tenga alguna noticia, pero de momento, nada. Y, por cierto, a mí, el de Teseo (creo que el del hilo de Ariadna), no me parece nada machista, todo lo contrario. Allí Teseo queda muy mal y su maldición es cargar con la culpa de haber abandonado a Ariadna. Bueno, al menos, ésa fue mi intención.
ResponderEliminarHola Javier, enhorabuena por tus relatos.
ResponderEliminarPor cierto ¿de dónde has sacado esa imagen tan chula?
Gracias, un saludo.