martes, 27 de septiembre de 2011

Elogio de la distracción


El Diccionario de la Real Academia Española declara que despistado es aquel que deja de poner atención en algo. La Real Academia sabe mucho y uno más bien poco, pero yo diría que es más bien al revés. El distraído es aquel que se fija en lo que de verdad le interesa. Por eso sostengo que en realidad los distraídos viven más felices, y hasta juraría que viven mas años.


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Los sabios, los poetas y las modelos famosas son, por distintas razones, distraidos.


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Por la calle una señora bastante anciana le va comentando a otra la pena que le produce la llegada de la tarde. "Demasiado pronto", le dice. Y la compañera le asegura que eso también se nota por la mañana, ahora que ha cambiado la estación. "Pero, ¿cómo?". "Sí, sí, a las siete ya no es de día". A cada una de las dos le echo mentalmente, al menos, el doble de otoños que uno mismo, que ya son otoños. ¿Y de dónde entonces la sorpresa?, me digo. Tal vez sea eso lo que traen ciertas vejeces: un asombro permanente como el de los niños, pero poblado de tristeza. O no, quién sabe. En realidad, no debiera hablar de lo que no sé, sino de otra cosa, del don de sorprenderse con cada cambio, aunque sea de hora. Cada tiempo tiene su asombro, diríamos. Y si a uno se le abren las puertas del alma a las seis de la mañana en junio, ahora qué bendita esa intimidad que nos da la oscuridad en los postres del día.





7 comentarios:

  1. Me gusta la primera.

    Cuando las obligaciones más mundanas se consideran lo más importante de la vida, cuando somos como Marta y no como María, el distraído es el que (muchas veces) nos muestra lo importante.

    Es lógico entonces lo de la tercera. La jubilación te aleja de esas obligaciones que ocupaban toda tu vida y tenés otra vez la capacidad de asombro. No sé si necesariamente triste. Salvo que pienses que ya es demasiado tarde.

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  2. A mí también me gusta vivir en un lugar donde cada estación tiene sus "puntos", sus luces, sus asombros particulares para abrir el alma del que está atento a esos detalles, aunque eso parezca estar distraído.
    Sin moverse de lugar, el año es un viaje por distintos paisajes. Es triste temer no completarlo.

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  3. Javier: ¿De dónde has sacado que las modelos son distraídas? Durante mis años de fotógrafo de moda retraté a muchas y nunca me lo parecieron.
    Un abrazo,

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  4. Te agradezco la reflexión. Y mucho mucho lo de "ciertas vejeces: un asombro permanente como el de los niños, pero poblado de tristeza". Gracias.

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  5. Hola Javier,
    aquí a los seguidores nos parece que te has distraído del blog, necesitamos que regreses!
    Se echan en falta tus reflexiones, seguro que tienes lío, pero en este ya estás metido, así que...
    Gracias!

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  6. Gracias a ti, António. Y no conocía tu blog, pero parece bien interesante. Y, bueno, María, ya he vuelto: gracias por animarme,otra vez.

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  7. Víctor: Tienes que perdonarme que no te contestase antes; no me dio la cabeza para pensar en el blog... De todas formas, lo que preguntas, tiene una explicación, no sé si muy seria. Cuando fui a buscar en google "distraído" o "despiste", no recuerdo bien, las 4 o 5 primeras entradas eran para actrices o modelos que se habían "despistado" con su ropa (poca, en todos los casos, claro está). De ahí viene mi tontería de meter a los sabios y poetas en el mismo saco.

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