miércoles, 7 de septiembre de 2011

¿Reférendum? De entrada, no

De entrada, a mí me parece muy bien lo que reclaman los dos sindicatos mejor subvencionados de España y el 15 M. Cualquier retoque de cierto calado merecería una consulta popular. Por mucho menos, Suiza (donde habitan los malvados mercados, oh) está sacando las urnas a la calle.
Pero veo algunos problemillas: uno de ellos es que, en el caso imposible de que PP y PSOE escucharan la voz de las minorías, el referéndum iba a dar la razón a la reforma. ¿Cuándo un gobierno ha perdido un referéndum en España? No hablo ya del 78, o de aquel mítico sobre la OTAN, sino de otro, ya olvidado, en el que los españoles votamos en masa por una constitución europea que ni nos importaba ni entendíamos. Además, montar una gran consulta cuesta dinero y gastar plata en un referéndum simbólico es una macana.
Hace años un intelectual (y, sin embargo, nacionalista) me dijo: "La política es un teatro, un juego de máscaras. Todo es fingimiento". Los líderes de izquierda salen a manifestarse sabiendo que nadie les va a hacer caso y de que perderían el referéndum si se llevara a cabo. Y al mismo tiempo, el gobierno y el PP aprueban una reforma para calmar a Europa, que finge creer a su vez que los dirigentes españoles respetan las leyes. Y es verdad: los gestores de la reforma saben que todo cambio en la Constitución es relativo. A fin de cuentas, se la llevan saltando desde hace veinticinco años.


3 comentarios:

  1. Querido Javier:

    Lo de "votamos en masa por una Constitución europea" es, sin duda, una hipérbole literaria de carácter humorístico.

    Y creo que los europeos sí que creen que es importante la reforma constitucional y que ello nos atará más que una Ley o un Tratado. Si no fuera así, sería extraño que se hubieran puesto tan pesados con esta humillación, ¿no?

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  2. ¡Ah, pero si yo decía en serio lo de que votábamos en masa!
    En cuanto a lo de que los europeos crean, o no, que una reforma constitucional obliga a los giobernantes a cumplirla, pues depende. Los alemanes, por ejemplo, lo creerán. Los italianos... Me parece que lo importante, para todos ellos, es el gesto, y en esto de los mercados, cuando los países parece que nos hemos convertido en empresas de bolsa, son los gestos.

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  3. Considero al respecto tres cosas:
    -la reforma no es necesaria ni desde el punto de vista jurídico, ni desde el punto de vista económico.
    -la reforma es un imposición de las agencias de calificación de la deuda, entidades privadas mayoritariamente participadas por entidades financieras, y por Alemania.
    -la reforma no dice absolutamente nada, léase una y otra vez....nada concreto, nada que no estuviera ya regulado, nada que no se pueda regular en otra norma de menor rango,
    -la reforma, si a pesar de todo decide tramitarse, no precisa referéndum.

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