viernes, 13 de noviembre de 2009

Demasiadas citas

A veces me parece que no escribo con suficientes citas. Y no hablo del facilismo que supone hoy en día tener a mano un repertorio de frases brillantes al alcance de un clic (por cierto, nunca la erudición ha estado tan cerca de todos en una época de tanta ignorancia). No: hablo más bien de otra cosa. No se trata de defender la pedantería, sino más bien de pensar que la cita es el reconocimiento de una deuda intelectual hacia alguien que te ha descubierto un rinconcito de luz. Citar es una forma del agradecimiento.
Ahora bien, mi desazón viene después de haber terminado El arte de la distorsiónde Juan Gabriel Vásquez, una recomendable colección de ensayos literarios en la que el autor va cosiendo ideas propias con una selección de citas ajenas de lo más atractivas. Para citar a los demás, hay que saber leer y elegir el brillo en medio de la ganga. Vásquez sabe leer bien, cosa que no está al alcance de cualquiera. En su libro, por ejemplo, he encontrado una cita preciosa de Ribeyro que a mí me había pasado desapercibida: Escribir es inventar a un autor a la medida de nuestro gusto. Una idea profunda apenas condensada en diez palabras.
Qué poco habré aprovechado en mis lecturas ribeyrianas, pienso. De todas formas, para consolarme un poco, se me ocurre también que uno, cuando lee, encuentra lo que necesita en aquel momento y, si no sentimos el fogonazo al pasar las páginas de un libro, es porque esas palabras no estaban destinadas a nosotros. Además, en este mundo hay demasiadas citas. ¿Para qué tantas? Los ordenadores están repletos de información pero no saben qué hacer con ellas. Quizá sería mejor vivir con unas pocas citas y aplicarlas cuando conviene. No por mucha información vamos a ser más sabios. Como dice T.S. Eliot:


Where is the wisdom we have lost in knowledge?
Where is the knowledge we have lost in information?


¿Dónde está la sabiduría que hemos perdido en conocimiento?
¿Dónde está el conocimiento que hemos perdido en información?


Y ya sé que he vuelto a caer en la manía de la cita, pero es que ésta es muy buena.

11 comentarios:

  1. Where is the information we have lost in our computers?

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  2. Muy bueno, J. M. Yo diría incluso, where is the real information? Porque no todo lo que está a un clic es verdadero. Prefiero esas lucecitas de las que habla Javier. Leo siempre con un cuaderno cerca, por si aparecen bajo cualquier disfraz. Pasa después que no logro administrar bien esos fogonazos. ¿Debo hacerlo? ¿Soy una utilitarista, que cree que todo debe servir para algo?

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  3. Bravo por la definición de cita. Nada que ver con el artículo 32 de la ley de propiedad intelectual.
    Citar como agradecimiento, con la conciencia de deuda hacia los que nos precedieron. ¿o acaso es posible escribir sin haber leído al menos unos cientos de libros antes?
    Luego vendrá CEDRO a recordarte que el agradecimiento también puede "materializarse"...

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  4. Me gustó mucho esa idea de que uno "encuentra lo que necesita en aquel momento y, si no sentimos el fogonazo al pasar las páginas de un libro, es porque esas palabras no estaban destinadas a nosotros".

    Porque me identifico mucho con esa desazón que nace cuando descubro una cita de un libro ya leído a través de otro lector (y me digo que cómo es que no la vi antes).

    ¿Por qué traduces knowledge como conocimiento una vez y la segunda vez como sabiduría?

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  5. Porque copié la cita a las siete y media de la mañana. Ya lo he rectificado. Menos mal que estás ahí, Juan Ignacio.

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  6. Y te agradezco muchísimo la aportación, la verdad, y lo malo es que ya mucha gente haya leído mal la cita. Había un catedrático de mi època universitaria que decía siempre que nunca se plagiaba de verdad porque siempre se copiaba mal. Qué razón tenía.

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  7. Estoy de acuerdo con lo que dicen José Miguel y María... Y añado algo más: al acopio enorme de datos que te da el ordenador, perdemos mucho conocimiento porque leemos demasiado deprisa. La lectura del libro te permite tomar notas con una tranquilidad que, al menos a mí, no me da la pantalla.

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  8. Pablo. no sé si los de CEDRO son una especie de SGAE librescos, pero me han contado que a aquellos autores de libros minoritarios (por ejemplo, de libros de crítica literaria) les viene muy bien. Pero, bueno, hablo por hablar, porque no conozco el tema.

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  9. Hace poco escuché decir a Trapiello que los buenos libros son aquellos aquellos que son como organismos vivos, que crecen con nosotros, es decir, que en sucesivas lecturas siempre encontramos cosas nuevs en ellos. A Rybeiro le pasa lo mismo.
    Un abrazo.

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  10. Juan Antonio: La frase de AT es genial y sirve para animar a releer, que es la manera mejor de leer.

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  11. CEDRO es efectivamente una entidad de gestión de derechos de autor (como SGAE) para escritores y editores. Recaudan el famoso canon, pero el que se aplica a fotocopiadoras e impresoras, y luego (se supone) lo reparten entre los autores fotocopiados. Sobre todo es interesante para profesores de universidad, que están en el top ten de los fotocopiados. ¡Pero la verdad es que esto de CEDRO es demasiado prosaico para los comentarios tan deliciosos que se aportan en este post!

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