jueves, 5 de noviembre de 2009

Mi viejo teléfono móvil


Como todos se pudieron dar cuenta, ayer anuncié la aparición de un teléfono móvil totalmente apócrifo. Tengo que confesar humildemente que nunca he sentido la menor emoción por las nuevas tecnologías. Siempre fui retrógrado en esta materia. Desde pequeñito, cuando inventaron el cassette, a mí me siguieron gustando los discos de vinilo. Después, me resistí con tanta seguridad como escasa inteligencia a los cajeros automáticos, la informática y la música envasada en cds, ipods, mps, etc. Tuve que ceder en todo y, al final, también al teléfono móvil. Y ahora, éste que presento orgulloso en la foto es el mío. Entre mis hijos y yo le hemos dado tantos golpes y disgustos que ya no se le ve ni la marca.
Durante un tiempo le dí la importancia que merecía, o sea, ninguna. Pero una noche, en una cena con otros matrimonios, los caballeros se lanzaron a hablar de sus temas favoritos: esto es, a enseñar sus nuevos móviles ultrasónicos. Y el que más llamó la atención fue el mío. "Tiene un aspecto no sé... como bohemio", me dijo un amigo. Así que ahora resulta que tengo un móvil muy cool, lo que es el colmo de la sofisticación, porque el pobre no pasa de ser un viejo cutre sometido a un acoso y una violencia doméstica totalmente abusivos. También es verdad que en el reino de las modas hemos visto cómo se han ido imponiendo las arrugas, las rayas, los costurones, los agujeros y los rotos diversos. Y ahora pienso que, quién sabe, a lo mejor esta estética rompedora aún no ha llegado al mundo del móvil. A lo mejor resulta que mi teléfono está, sin darse cuenta, marcando tendencias, qué emoción, y por ahí aparecen nuevos móviles bien machacaditos de fábrica como el mío. Por si acaso esto llega a ser verdad voy a ver si se me cae de nuevo al suelo y gana todavía más en prestancia con el castañazo.

7 comentarios:

  1. Es el mismo que el mío, carne de perro. Lo tiras al suelo y rebota. Ya quisiera una blackberry o un iphone de ésos...

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  2. Pero tiene la ventaja de que no se rompe nunca y, si alguna vez se rompe, no te das un disgusto. Y, lo más importante, al menos para mí: si tienes un móvil como éste, tus hijos adolescentes no te pueden exigir algo mucho mejor para ellos.

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  3. ¿A que con cada golpe se le coge más cariño y duele más tener que sustituirlo por otro?

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  4. Bueno, sí. Sobre todo, porque si aguanta tantos golpes, es que empieza a parecer humano.

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  5. Cuando dije "ya quisiera una Blackberry" no es que yo la quiera, sino que ya quisiera ese cacharro ser tan duro y fiable como mi viejo móvil.

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  6. Genial.
    Yo odio los móviles, sólo sirven para que padres y amigos (o novios que no tengo)jnk se enfaden con una, "nunca estás"... Pues claro que no estoy, leñe, deja un mensaje.

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  7. José Migue: está claro que leo demasiado deprisa. Tampoco tengo blackberry, por cierto.
    Adaldrida: odiamos las mismas cosas, que es una manera de decir que nos gustan también las mismas.

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